En la eurojerga comunitaria es muy habitual oír hablar de libros verdes y blancos; por ejemplo, el Libro verde de la energía o el Libro blanco de la Gobernanza Europea. Pero, ¿por qué se llaman así y en qué se diferencian? Por lo pronto, para no perdernos en el argot de la Unión Europea, vamos a prescindir de los Libros Rosas (Pink book) que publica la Dirección General de Empresa e Industria (de la Comisión Europea) como herramienta de información para organizar, por sectores, toda la legislación de su competencia.
Los Libros Verdes (Green papers) son documentos que la Comisión Europea publica con el objetivo de estimular una reflexión sobre un tema en concreto. Para redactarlos, se invita a las partes interesadas (tanto organismos como particulares) a que participen en un proceso de consulta y debate sobre una serie de propuestas. Si de este proceso surge un desarrollo legislativo, el Libro Verde -más genérico- suele convertirse en un Libro Blanco -más concreto y con la participación de otros colectivos (empresarios, administraciones de los Estados miembros, colectivos profesionales, etc.)-; en todo caso, ninguno de los dos libros es vinculante aunque suelen indicar la estrategia que acabará conduciendo a alguna norma comunitaria.
Los Libros Verdes (Green papers) son documentos que la Comisión Europea publica con el objetivo de estimular una reflexión sobre un tema en concreto. Para redactarlos, se invita a las partes interesadas (tanto organismos como particulares) a que participen en un proceso de consulta y debate sobre una serie de propuestas. Si de este proceso surge un desarrollo legislativo, el Libro Verde -más genérico- suele convertirse en un Libro Blanco -más concreto y con la participación de otros colectivos (empresarios, administraciones de los Estados miembros, colectivos profesionales, etc.)-; en todo caso, ninguno de los dos libros es vinculante aunque suelen indicar la estrategia que acabará conduciendo a alguna norma comunitaria.
Por su parte, los Libros Blancos (White papers) de la Comisión contienen propuestas de acción comunitaria en un campo específico. Si el Consejo lo da por válido marcará la política comunitaria en ese ámbito. Como curiosidad, la eurojerga tomó prestado este nombre del Reino Unido, donde -desde los años 40 del siglo XX- se denomina Libro Blanco a los documentos del Gobierno de Londres donde se expone su política sobre un determinado asunto.
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