miércoles, 1 de agosto de 2012

Las primeras españolas que fueron abogada, jueza y fiscal

En enero de 1922, la valenciana María Ascensión Chirivella Marín (1893 – 1980) se convirtió en la primera licenciada en Derecho que pudo colegiarse en España para ejercer como abogada; tres años antes que su colega, la política malagueña Victoria Kent, a la que suele atribuirse este mérito. En la capital del Turia, Ascensión –que era hija de un procurador de los tribunales, por lo que continuó la tradición jurídica familiar– se especializó en Derecho Civil al tiempo que participaba activamente en reuniones para reivindicar los derechos de las mujeres. Se casó con el abogado Álvaro Pascual y tuvieron una hija pero, al finalizar la Guerra Civil, su defensa de la II República llevó al matrimonio al exilio en México donde ambos fallecieron.

Cuando las mujeres lograron ejercer la abogacía en España, la legislación les prohibía acceder a la judicatura o la fiscalía; en concreto, el Art. 3.2.c) de la Ley 56/1961, de 22 de julio, sobre derechos políticos, profesionales y de trabajo de la mujer, estableció su acceso a los puestos de la función pública en idénticas condiciones que el hombre, para participar en oposiciones, concursos-oposiciones y cualesquiera otros sistemas para la provisión de plazas de cualesquiera Administraciones públicas pero exceptuó su ingreso en los tres ejércitos, la marina mercante, los institutos armados y los cargos de magistrado, jueces y fiscales en la Administración de Justicia. Mientras este precepto se mantuvo vigente, la incorporación de las mujeres al poder judicial se demoró hasta la década posterior, cuando la Ley 96/1966, de 28 de diciembre, admitió su participación en las carreras judicial y fiscal derogando aquel artículo de 1961. La exposición de motivos de la reforma justificó la anterior normativa aduciendo que Tal excepción respondió, sin duda, no a la idea de una falta de capacidad o responsabilidad de la mujer para desempeñar tales cargos, sino más bien a una protección de sus sentimientos ante determinadas actuaciones que el cumplimiento del deber haría ineludibles.

Tras el cambio normativo, la vizcaína Concepción Carmen Venero aprobó las oposiciones y se convirtió en la primera jueza española –de un Tribunal Tutelar de Menores– en febrero de 1971; y dos años más tarde, la asturiana Mª Belén del Valle Díaz lograba ser la primera mujer fiscal.

NB: esta entrada ha sido reseñada por la Wikipedia.

PD: a toda esta información conviene recordar que -en tiempos de Isabel I de Castilla, la Católica- una mujer de Atienza (Guadalajara), Luisa de Medrano (ca. 1484 - ca. 1527) fue la primera mujer catedrática; en concreto, impartió clases de Derecho Canónico en la Universidad de Salamanca a comienzos del siglo XVI, donde su hermano pequeño, Luis de Medrano, posteriormente, llegaría a ser rector. Al parecer, por un error tipográfico, el nombre de esta pionera mujer del Renacimiento suele transcribirse como Lucía de Medrano.

1 comentario:

  1. Ya que utilizáis el termino 'jueza', por qué no utilizar el término 'fiscala'.

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