miércoles, 12 de febrero de 2014

La Constitución de Pylyp Orlyk

El 5 de abril de 1710 –es decir, tres décadas antes de que Montesquieu publicase su célebre obra Del espíritu de las leyes [De l´Esprit des lois] en Ginebra (Suiza), en 1748, defendiendo la separación de los tres poderes– un comandante de los cosacos ucranianos llamado Pylyp Orlyk (1672-1742) proclamó ese mismo ideal en la ciudad de Bénder [actual Moldavia] en un breve documento denominado Pactos y Constituciones de las leyes y libertades del Ejército de Zaporizhzhia (redactado en latín como Pacta et Constitutiones Legum Libertatumque Exercitus Zaporoviensis) que, en su honor, se conoce por el coloquial apelativo de Constitución de Pylyp Orlyk. Este breve texto -que ha pasado a la historia, según el Gobierno de Kiev, como un documento jurídico sin precedentes y uno de los primeros actos constitucionales en Europa que servía de base para la existencia de una república democrática parlamentaria- se redactó en el exilio, con el apoyo del rey Carlos XII de Suecia, pero nunca llegó a entrar en vigor.

Aquella pionera y casi desconocida norma fundamental estaba compuesta por un preámbulo de carácter histórico, que defendía la independencia ucraniana frente a Rusia, y dieciséis artículos que limitaban el poder del Parlamento [Consejo Superior] y el Jefe del Ejército [Hetman], definiendo los derechos de cada clase social de Ucrania; asimismo, la tesorería estatal fue separada de la personal del Hetman, que recibía de la financiación estatal tierras y medios económicos estrictamente reglamentados. Los coroneles y capitanes se elegían democráticamente por votación libre de los cosacos. El Hetman se responsabilizaba por la justa distribución y recaudación de los impuestos pagados por cosacos, campesinos, habitantes de urbes y empresarios.

Curiosamente, Orlyk se convirtió en comandante de los cosacos al fallecer su anterior jefe militar, Iván Stepanóvich Mazeppa, al que ya tuvimos ocasión de dedicar otro in albis porque su castigo –por seducir a una dama de la aristocracia polaca– acabó convirtiéndose en una idealizada fuente de inspiración para famosos escritores, músicos y pintores románticos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario