Hace tres años ya tuvimos ocasión de comentar el referéndum que se celebró el 29 de noviembre de 2009 para incorporar a la Constitución de la Confederación Helvética un polémico Art. 72.3 que, desde entonces, prohíbe la construcción de minaretes. La norma fundamental de este país centroeuropeo proclama que uno de los Derechos políticos de los suizos y suizas mayores de 18 años es poder tomar parte en la elección del Consejo Nacional y en las demás votaciones federales, así como proponer y firmar iniciativas populares y referéndum en materia federal (Art. 136). Basta con que lo soliciten 100.000 ciudadanos con derecho de voto (Arts. 138 a 139.a) de los 8.000.000 que habitan el país y la adopción, la modificación o la abrogación de disposiciones constitucionales o legislativas se podrá someter a votación.
Asimismo, su Carta Magna prevé la convocatoria de referendos obligatorios (Art. 140) para someter al voto del pueblo y de los cantones, por ejemplo, la adhesión a organismos de seguridad colectiva o a comunidades supranacionales o aquellas Leyes Federales declaradas urgentes desprovistas de base constitucional y cuya validez sobrepase el año; y referendos facultativos (Art. 141): Si 50.000 ciudadanos con derecho de voto u ocho cantones lo solicitan en un plazo de 100 días a contar desde la publicación oficial del acto, se someterán a votación popular: a) las Leyes Federales; b) las Leyes Federales declaradas urgentes cuya validez sobrepase un año; c) las disposiciones federales, en la medida en que la Constitución o la ley así lo prevean; d) los tratados internacionales que: 1. tengan una duración indeterminada y no sean denunciables; 2. prevean la adhesión a un organismo internacional; 3. contengan disposiciones importantes que fijen las reglas de derecho o cuya ejecución exija la adopción de leyes federales. Lógicamente, la actual redacción de estos preceptos se aceptó en una votación popular que se celebró el 9 de febrero de 2003.
Asimismo, su Carta Magna prevé la convocatoria de referendos obligatorios (Art. 140) para someter al voto del pueblo y de los cantones, por ejemplo, la adhesión a organismos de seguridad colectiva o a comunidades supranacionales o aquellas Leyes Federales declaradas urgentes desprovistas de base constitucional y cuya validez sobrepase el año; y referendos facultativos (Art. 141): Si 50.000 ciudadanos con derecho de voto u ocho cantones lo solicitan en un plazo de 100 días a contar desde la publicación oficial del acto, se someterán a votación popular: a) las Leyes Federales; b) las Leyes Federales declaradas urgentes cuya validez sobrepase un año; c) las disposiciones federales, en la medida en que la Constitución o la ley así lo prevean; d) los tratados internacionales que: 1. tengan una duración indeterminada y no sean denunciables; 2. prevean la adhesión a un organismo internacional; 3. contengan disposiciones importantes que fijen las reglas de derecho o cuya ejecución exija la adopción de leyes federales. Lógicamente, la actual redacción de estos preceptos se aceptó en una votación popular que se celebró el 9 de febrero de 2003.
A la hora de adoptar estas decisiones, el Art. 142 establece el sistema de mayorías que se requieren: 1) Los actos sometidos a la votación popular se aceptarán por mayoría de los votantes. 2) Los actos sometidos a la votación popular y a la de los cantones necesitarán ser aprobados por la mayoría de los votantes y la mayoría de los cantones para que se acepten. 3) El resultado del voto popular en un cantón representa la voluntad de éste.
Como consecuencia de esta lección de democracia directa –un rasgo distintivo de esta sociedad– los ciudadanos helvéticos han sido convocados en múltiples ocasiones, algunas trascendentales y otras, cuando menos, singulares; por ejemplo, durante el último lustro, el 7 de marzo de 2010, votaron en contra de que ciertos animales sean asistidos por un abogado en caso de maltrato; el 24 de noviembre de 2013 también se opusieron a limitar los salarios más altos (se votaba para que, dentro de una misma empresa, un trabajador no pudiera ganar en un mes lo mismo que un compañero en todo un año); el 9 de febrero de 2014 aprobaron limitar las cuotas de inmigración que permiten a los extranjeros entrar en la Confederación; el 18 de mayo de 2014, en cambio, no prosperó ni el establecimiento de un salario mínimo interprofesional de 22 francos a la hora ni la compra de nuevos cazas de combate para el Ejército del Aire; y el 30 de noviembre de 2014, rechazaron elevar las reservas de oro del país.
Esta tradición, que se remonta al siglo XVI, ha llegado a plantear situaciones tan curiosas como la que se produjo en Basilea, en marzo de 1967, cuando esta ciudad preguntó a sus vecinos si debía conceder un crédito para adquirir dos cuadros de Pablo Picasso depositados en el Museo de Bellas Artes [Kunstmuseum] para que sus propietarios, la familia Staechelin, que necesitaban dinero, no los vendieran a un coleccionista extranjero. Votaron a favor e incluso se manifestaron por las calles basilienses bajo el lema All you need is Pablo [parafraseando a The Beatles: Todo lo que necesitas es Pablo].
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