Cuando Arthur Guinness cumplió los 27 años, falleció su padrino –Arthur Price, Arzobispo de Cashel– dejándole 100 libras en su testamento para que el emprendedor cervecero pudiera invertirlas en una destilería situada en la localidad de Leixlip, en su condado natal de Kildare, a las afueras de Dublín. Siete años más tarde, en 1759, decidió que ya era el momento de regresar a la capital irlandesa y probar fortuna allí, interesándose por la antigua fábrica que la familia Rainsford poseía en St. James's Gate; una propiedad pequeña, en desuso y mal equipada. El 31 de diciembre de aquel año, Guinness acabó firmando un singular contrato de arrendamiento con Mark Rainsford por el que se comprometió a pagarle, tanto a él como a sus descendientes, 45 libras anuales durante un periodo de 9.000 años que vencerá en el siglo CVIII. Hoy en día, aquel atípico documento legal –el denominado 9000-year-lease– aún puede contemplarse en el suelo de la sede central de esta popular cervecería, Guinness Storehouse, protegido por un cristal y rodeado por la leyenda Éste es el contrato de arrendamiento original de 9000 años firmado por Arthur Guinness en 1759, escrita, entre otros idiomas, en castellano.
Muy interesante!! Estos datos me ayudaron mucho para escribir al respecto.
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