A diferencia de lo que sucede en los demás países y organizaciones del mundo –donde la tradicional representación de la profesión médica se basa en el símbolo de la serpiente enrollada alrededor del bastón de Esculapio, como “Dios de la Medicina y la Curación” [sirvan como ejemplo, desde el logotipo del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España hasta la bandera de la Organización Mundial de la Salud (OMS)]– el Art. 18 del Estatuto del Colegio Médico del Perú dispone que su emblema es un disco circular de fondo color morado, que contiene la representación de un “Tumi” dorado, rodeado en la parte inferior de la leyenda “COLEGIO MEDICO DEL PERU” y, en la parte superior, por una línea circular, ambas de color dorado. Será usado en los actos oficiales por los miembros de los Consejos, pendiente del cuello, sostenido por una cinta de color morado de cuatro centímetros de ancho [como curiosidad, las corporaciones médicas de Bolivia y Ecuador no utilizan este mismo símbolo sino la habitual vara de Asclepio con la serpiente].
Hoy en día, el tumi es uno de los recuerdos más solicitados por los turistas que visitan Perú pero, ¿porqué se asocia con la Medicina?
En la época precolombina, el tumi fue empleado tanto por los Moches (o Mochicas) –un pueblo que se asentó en la actual costa Norte de Perú, entre los siglos I a.C. y VIII d.C.– como por la posterior cultura Chimú –que habitaron el Valle de Moche en el siglo IX hasta que fueron conquistados por los Incas en 1425. Ambas poblaciones dispusieron ampliamente de metales, en particular oro, plata y cobre (…). Conocieron una amplia gama de técnicas, siendo las más características el martillado y el repujado. Un objeto representativo de su orfebrería es el tumi o cuchillo ceremonial en forma de media luna con mango figurado, generalmente un personaje mítico (que suele identificarse con el dios Naymlap) [1].
En opinión de los doctores Galán-Rodas, Laberiano Fernández y Maguiña Vargas: El Tumi –que sobrevivió a las culturas que lo crearon y fue asumido por los incas– era uno de los instrumentos quirúrgicos más utilizados para llevar a cabo las trepanaciones craneanas, se encontró por primera vez en la Huaca La Ventana (…) en el departamento de Lambayeque, a inicios de 1937 por el Dr. Julio César Tello, estos restos proceden desde 700-1.300 d.C. (…) El "Tumi de Lambayeque" por el lugar de su procedencia, y que significa "cuchillo" en quechua, es una de las piezas más famosas del arte precolombino [2]. Una verdadera obra de arte que fue robada en 1981 y destruida por los ladrones para ser fundida.
A lo largo de los siglos, la hoja cortante de este hacha ceremonial no solo se empleó para intervenir en traumatismos craneales sino también para degollar a los prisioneros y ofrecer sacrificios humanos a los dioses.
En el Museo Central de Lima (MUCEN) se exponen algunos tumis con la siguiente explicación: Los sacrificios formaban parte del ritual religioso. En la mayoría de los casos éste era un recurso para mejorar las cosechas, incrementar el ganado, aumentar la población u obtener agua. Se consideraban como sacrificables todo tipo de elementos, pero los más importantes eran los que generaban derramamiento de sangre, que era considerada regeneradora y fertilizante. En los sacrificios con derramamiento de sangre se utilizaban los cuchillos o tumis ceremoniales, cuya forma característica es la terminación de la hoja en forma de media luna.
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