Recién subido al trono Teobaldo I (1234-1253), hijo de Blanca de Navarra y del Conde Teobaldo de Champaña y sobrino de Sancho el Fuerte, que murió sin descendencia, realizó un pacto con Aragón, Castilla e Inglaterra (…). Desde su llegada, se alejó de la nobleza y fue manejado por consejeros extranjeros. (…) En 1238, se nombra una comisión de caballeros, eclesiásticos y ricos-hombres para redactar el Fuero Antiguo, primera constitución escrita del reino, donde el monarca queda subordinado a las leyes y fueros del reino, no pudiendo gobernar sin previo juramento del Fuero. La nobleza se opuso en todo momento al gobierno personal del rey y al grupo de consejeros franceses, por ello los infanzones se reúnen regularmente en Junta (Obanos) y desconfían de la justicia ejercida por el rey. (…) Le sucede en el trono, Teobaldo II (1253-1270) que, a sus catorce años, juró los fueros y prometió defender a todo el pueblo de Navarra. Los nobles consiguieron consolidar sus derechos no como privilegio, sino como exigencia constitucional [1].
En la Península Ibérica del siglo XIII, la recepción del derecho romano-canónico provocó cierta oposición, especialmente en la nobleza, alzándose como bandera frente a las innovaciones el derecho tradicional, representado por los fueros. Ello obligó a Teobaldo II en Navarra a jurar los fueros en 1253, como lo tuvieron que hacer Alfonso X en 1274 y Sancho IV en 1286 en León y Castilla o Pedro III de Aragón en 1283 [2].
En el caso del antiguo Reyno, no debemos olvidar que el segundo monarca de la Casa de Champaña, en realidad, residió en Navarra algo menos de una cuarta parte de los 17 años y medio de su reinado [3] porque realizó seis viajes a sus dominios franceses, en especial a la sede condal de Provins; y, al ser yerno de Luis IX de Francia (San Luis), ocupaba uno de los primeros puestos entre los barones franceses, y los aventajaba en rango por su dignidad real [3], de ahí también sus prolongadas estancias con el soberano en París y más tarde acompañándole a la Octava Cruzada en el Norte de África, donde pasó cinco años luchando contra los infieles (al final, ambos murieron como consecuencia no de los combates en Túnez sino de la peste que contrajeron allí). Previendo que esto pudiera suceder, las élites nobiliarias le hicieron firmar los fueros y la restitución de los derechos a personas o colectividades que se considerasen perjudicadas en tiempos anteriores. Además, le impusieron un consejo de doce ricoshombres presididos por un amo que haría las funciones de rey hasta que cumpliera los veintiún años [4].
Aquel juramento fue la Carta jurada del rey Teobaldo reconociendo las libertades de Navarra, firmada en Estella el 1 de noviembre de 1253. Con el castellano del siglo XIII el joven monarca se comprometió a: (…) Juramos por Dios e por estos santos Evangelios et por esta cruz, que a todo el pueblo del Reino de Navarra, a los qui agora son nin serán en toda nuestra vida, especialment a la Iglesia, e a los clérigos, e a todos los ricos hombres et a todos los cabailleros e a todos los infanzones, e a todos los francos, e a todo el pueblo de Navarra, que tengamos cascunos en lures fueros e en lures franquezas et en todos lures dereitos e buenas cos tumbres entegrament, asi como nunca millor los obieron lures antecesores de los nostros, nin eillos mismos, e jamais que non los desaforaremos en toda nostra vida, nin les tolgamos nada le lures franquezas nin de lures dereitos e buenas costumbres. (…) Juramos que ningun pleicto que vienga en nuestra Cort, que non sea juzgado sinon por conseillo del Amo et de los doce conseilleros o de la mayor partida deillos qui en la Cort serán. (…) Et todas estas cosas, como escriptas son en esta Carta, otorgamos e con firmamos Nos, don Thibalt, et juramos que compliremos e tendremos e faremos tener en toda nostra vida, al pueblo de Navarra, así como escripto es de suso [2].
Citas [1]: LANDA EL BUSTO, L. Historia de Navarra. Una identidad forjada a través de los siglos. Pamplona: Gobierno de Navarra, 1999, pp. 92 y 93. [2] FLÓREZ, G.C. Derechos Humanos y Medioevo: un hito en la evolución de una idea. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2010, p. 184. [3] GARCÍA ARANCON, Mª R. “Itinerario de Teobaldo II de Navarra (1253-1270)”. En: Primer Congreso General de Historia de Navarra. Comunicaciones. Edad Media, 1988, p. 441. [4] JORGE, M. Reyes medievales de España, 2021.
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