- Francia: el propio gobierno de París reconoce que como miembro fundador de la OTAN, participó plenamente en la Alianza desde sus inicios y acogió la primera sede permanente de la OTAN en París. En 1966, Francia decidió retirarse del mando militar integrado de la Alianza. Esta decisión no ponía en duda de ningún modo el compromiso de Francia de participar en la defensa colectiva de la Alianza: según palabras del General de Gaulle, se trataba de «modificar la forma de nuestra Alianza sin alterar el fondo». (…) Francia anunció oficialmente su plena participación en las estructuras militares de la OTAN durante la cumbre de Estrasburgo-Kehl en abril de 2009. (…) En un informe entregado al Presidente de la República en noviembre de 2012, Hubert Védrine subrayaba la necesidad para Francia de maximizar su influencia en la Alianza y sus esfuerzos para reforzar la Europa de la Defensa en colaboración con sus socios europeos. El informe concluía, entre otras cosas, que una «(nueva) salida de Francia del mando integrado no es una opción» (…) (*).
- Grecia: una década más tarde, en 1974, las autoridades de Atenas también decidieron retirar su ejército del Mando Militar Integrado de la OTAN por la invasión turca del Norte de Chipre (y, aunque reingresó en 1980, a día de hoy, la «Cuestión de Chipre» continúa sin resolver y, como veremos a continuación, afecta a una posible adhesión chipriota).
Asimismo, otros dos territorios que al crearse la OTAN formaban parte de los Estados miembros fundadores –Chipre y Malta todavía eran dependencias británicas en 1949– no se unieron a la Alianza Atlántica cuando se independizaron el 16 de agosto de 1960 y el 21 de septiembre de 1964, respectivamente. Con una dificultad añadida en el caso chipriota; aunque las autoridades de Nicosia quisieran adherirse, el Art. 10 del Tratado establece que: Las Partes pueden, por acuerdo unánime, invitar a ingresar a cualquier Estado europeo que esté en condiciones de favorecer el desarrollo de los principios del presente Tratado y de contribuir a la seguridad de la zona del Atlántico Norte. Esa unanimidad exigiría un voto a favor de Ankara muy complejo dada la situación en el Norte de la isla, como señalamos anteriormente.
Una última singularidad fue la situación de Argelia, mencionada expresamente por el Art. 6 del Tratado al referirse a un posible ataque contra los departamentos franceses de Argelia. El 16 de enero de 1963 el Consejo del Atlántico Norte tomó nota de que, en la medida en que pudiera afectar a los antiguos Departamentos franceses de Argelia, las clausulas referentes a este Tratado quedaron sin efecto a partir del 3 de julio de 1962, cuando esta república norteafricana se independizó de su metrópoli gala.
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