Con ese marco normativo, el Real Decreto 1502/1997, de 26 de septiembre, concedió, con carácter vitalicio, la facultad de usar el título de Duquesa de Palma de Mallorca a Su Alteza Real la Infanta Doña Cristina. En atención a las circunstancias que concurren en Mi muy querida Hija Su Alteza Real Doña Cristina de Borbón, Infanta de España, con ocasión de su matrimonio y como prueba de Mi profundo afecto y cariño, He tenido a bien concederle, con carácter vitalicio, la facultad de usar el título de Duquesa de Palma de Mallorca. Así lo dispongo por el presente Real Decreto. Dado en Madrid a 26 de septiembre de 1997. JUAN CARLOS R. El Presidente del Gobierno, JOSÉ MARÍA AZNAR LÓPEZ [sic]. Dos décadas más tarde, tras la abdicación de Juan Carlos I de Borbón [Ley Orgánica 3/2014, de 18 de junio], Felipe VI accedió al trono y, al año siguiente se adoptó el Real Decreto 470/2015, de 11 de junio, por el que se revocó la atribución a Su Alteza Real la Infanta Doña Cristina de la facultad de usar el título de Duquesa de Palma de Mallorca. De conformidad con lo dispuesto en el artículo 6 del Real Decreto 1368/1987, de 6 de noviembre, sobre régimen de títulos, tratamientos y honores de la Familia Real y de los Regentes, he resuelto revocar la atribución a Su Alteza Real la Infanta Doña Cristina de la facultad de usar el título de Duquesa de Palma de Mallorca, que le fue conferida mediante Real Decreto 1502/1997, de 26 de septiembre. Así lo dispongo por el presente Real Decreto. Dado en Madrid, el 11 de junio de 2015.
¿Existía algún precedente similar de concesión-revocación de un título en el ordenamiento jurídico español? Sí, aunque se produjo en otro contexto histórico, durante el reinado de Alfonso XIII (1886-1941) –cuando el poder real gozaba (…) de amplias competencias (se trataba de una monarquía liberal, pero no parlamentaria ni democrática) [1]– este soberano también revocó una dignidad; en este caso, del Infante Luis Fernando de Orleáns y Borbón (1888-1945) –biznieto de los reyes Fernando VII de España y Luis Felipe de Francia, nieto de Isabel II, sobrino de Alfonso XII, primo hermano de Alfonso XIII (…) [2]–, al que, el día antes de su nacimiento, la reina regente, M.ª Cristina de Austria, le había otorgado las prerrogativas de Infante de España mediante el Real decreto disponiendo que el Príncipe ó Princesa que diere á luz la Infanta Doña María Eulalia Francisca de Asis (4 de noviembre de 1888). El Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, nº 229, del sábado, 11 de octubre de 1924, publicó el breve Real Decreto de 9 de octubre de aquel mismo año, para retirar al infante Luis Fernando de esta dignidad: En atención a la conducta que viene observando D. Luis Fernando María Zacarías de Orleans y Borbón, que no permite conserve con dignidad los honores de que ha sido investido y las mercedes que por Mí le han sido otorgadas; de acuerdo con el parecer del Jefe de mi Gobierno, Presidente del Directorio Militar, Vengo en decretar lo siguiente: Artículo 1º Queda privado D. Luis Fernando María Zacarías de Orleans y Borbón de las preeminencias, honores y demás distinciones correspondientes a la jerarquía de Infante de España que le fueron concedidas por Real decreto del 4 de Noviembre de 1888 (…). Dado en Palacio a nueve de Octubre de mil novecientos veinticuatro. ALFONSO [XIII]. El Presidente Interino del Directorio Militar, [el almirante] Antonio Magaz y Pers.
¿Y cuál fue aquella conducta que motivó retirarle las prerrogativas de Infante de España? (…) El monarca, harto de consentir las depravadas correrías de aquel príncipe, a quien le gustaba atribuirse el título de “rey de los maricas” que se había dado él mismo, ordena al diplomático que acate, sin ofrecer ninguna oposición, cualquier medida que el Gobierno francés tome contra su primo. El hecho a que nos referimos tuvo lugar en París en los últimos días de septiembre de 1924. Aunque aquel escabroso asunto no habría de trascender a la opinión pública en sus reales términos, gracias a la actitud benevolente adoptada por las autoridades francesas, conocemos por el periodista Ramón de Alderete que, durante una de las habituales orgías homosexuales organizadas por Luis Fernando de Orleans y Borbón y su buen amigo el portugués Antonio de Vasconcellos, se produjo la muerte de un joven marinero en circunstancias poco claras. En su intento por deshacerse del cadáver, el infante y Vasconcellos se habían dirigido con su macabro cargamento a la embajada de España, donde, alegando el privilegio de extraterritorialidad, intentaron dejar el cuerpo del fallecido. Pero, como era de prever, no fueron atendidos en su disparatada pretensión, como tampoco recibirían amparo en la legación portuguesa a la que también acudieron en su desesperada búsqueda de ayuda. Finalmente, la policía de París se hizo cargo del cadáver y detuvo a sus portadores, quienes fueron expulsados de Francia de forma inmediata. Días más tarde, Alfonso XIII decreta la retirada del rango de infante y de todos los honores a Luis Fernando de Orleans y Borbón (…) [2].
Citas: [1] NIÑO RODRÍGUEZ, A. “El rey embajador. Alfonso XIII en la política internacional”. En: MORENO LUZÓN, J. (ed.). Alfonso XIII: Un político en el trono. Madrid, Marcial Pons, 2003, p. 245. [2] GARCÍA RODRÍGUEZ, J. C. El infante maldito: La biografía de Luis Fernando de Orleans, el más depravado príncipe Borbón. Barcelona : Espasa, 2012, p. 7.
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