Como ya tuvimos ocasión de comentar al tratar la abdicación temporal del rey Balduino de Bélgica en 1990, de acuerdo con el profesor Jean-Claude Scholsem: el texto originario de la Constitución belga es del 7 de febrero de 1831. Por tanto, se trata de una de las Constituciones más antiguas del mundo todavía en vigor [1]. Fue aprobada al año de independizarse de los Países Bajos tras la Révolution belge de 1830. El Título III de su ley fundamental regula los poderes y dedica el Capítulo VI al Poder Judicial, disponiendo, entre otros preceptos, que: Existirá un Tribunal de Casación para toda Bélgica (Art. 147) y que Existirá un Consejo Superior de Justicia para toda Bélgica (Art. 151.2) [2]. Partiendo de esa base, durante el reinado de su primer monarca, Leopoldo I, un Real Decreto de 27 de marzo de 1860 convocó un concurso internacional para diseñar una única sede que integrara a todos los servicios legales que tuvieran su sede en la capital belga, en un mismo edificio que simbolizara la grandeza de esta joven nación [3].
A la convocatoria, que se prorrogó hasta el 31 de julio de 1860, se presentaron veintiocho proyectos. La comisión evaluadora estuvo integrada en un principio por quince miembros –incluido el arquitecto municipal de Bruselas, Joseph Poelaert (1817-1879)– pero, al igual que sucedió con el plazo, su composición también se acabó ampliando a dieciocho integrantes (Real Decreto de 18 de octubre de 1860) porque el jurado no lograba decantarse por ninguna de las propuestas al considerar que no se ajustaban a las bases. Finalmente, se concedieron tres premios simbólicos de 10.000, 6.000 y 3.000 francos pero se decidió que la mejor opción, en lugar de convocar un nuevo concurso, era que el Gobierno, de inmediato, nombrara a un arquitecto para que construyera el nuevo símbolo del poder judicial. Por un nuevo Real Decreto, de 12 de julio de 1861, el Ministro de Justicia Víctor Tesch (1812-1892) recibió el encargo de seleccionar al responsable de aquella tarea y eligió a uno de los arquitectos que habían integrado la comisión del concurso, el bruselense Joseph Poelaert [4] que ideó un fastuoso edificio de dimensiones titánicas (26.000 metros cuadrados de superficie; es decir, más grande que la Basílica de san Pedro del Vaticano) con cierto aire de zigurat mesopotámico e indudables reminiscencias a las antiguas culturas clásicas.
Aquella obra total con, como la definió la Direction des Monuments et des Sites de la Région Bruxelles cuando solicitó incluir el Palais de Justice en la Lista del Patrimonio de la UNESCO, se levantó sobre el viejo edificio judicial de estilo clásico diseñado por el arquitecto francés François Verley (1760-1822) entre 1816 y 1817 y derribado en 1892; el mismo solar de Galgenberg donde se ejecutaba a los reos condenados a muerte en el mont aux potences (la colina de las horcas), durante la Edad Media, y el mismo lugar donde nació el célebre médico André Vésale [(1514-1564); castellanizado como Andrés Vesalio porque sirvió en las Cortes de Carlos V y Felipe II] y conseguía los cadáveres que necesitaba para sus prácticas anatómicas y de vivisección [3].
Jean-Baptiste Baes El Palacio de Justicia (1891) |
El rey Leopoldo I colocó la primera piedra del mayor Palacio de Justicia del mundo el 31 de octubre de 1866 –sobre un desnivel de terreno que alcanza los 21 metros entre las actuales calles de Laines, Minimes y Wynants y la plaza Poelaert donde se ubica la fachada principal– y su hijo y heredero al trono, Leopoldo II, lo inauguró diecisiete años más tarde, el 15 de octubre de 1883 (cuatro años después de que hubiera fallecido su diseñador; Joseph Joachim Benoît fue quien continuó con la obra).
Hoy en día, los eternos andamios que cubren gran parte de la ecléctica edificación de piedra impiden que nos hagamos una idea correcta del volumen que ocupa esta construcción de 1.530 puertas y 1.513 ventanas, erigida en el horizonte de Bruselas como una acrópolis judicial; pero basta con mencionar que solo el icónico Ayuntamiento de Bruselas cabría dentro de la Sala de los Pasos Perdidos [3] de 80 metros de ancho por 50 de largo y 80 de alto, bajo la cúpula de 103 metros de altura que se reconstruyó tras el incendio del 3 de septiembre de 1944 provocado por los alemanes en la II Guerra Mundial. Se calcula que los materiales empleados ocuparían un volumen de 439.228 metros cúbicos.
PD: Parecido no es lo mismo: a otra escala, pero el Palacio de Justicia de Perú, en Lima, se inspiró claramente en el de Bruselas:
Citas: [1] SCHOLSEM, J. C. “La nueva Constitución belga”. En: Revista del Centro de Estudios Constitucionales, 1995, nº 20, pp. 61 y 68. [2] GÓMEZ ORFANEL, G. Las constituciones de los estados de la Unión Europea. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, 1996, pp. 178 y 179. [3] DEBROCQ, A. “Le palais de Poelaert, colosse aux pieds d’argile”. En: Juliette & Victor Magazine, nº 54, p. 117. [4] VANDENBREEDEN, J. et al. Bruxelles, Ville d'Art et d'Histoire. Le palais de Justice. Bruselas: Ministère de la Région de Bruxelles-Capitale, 2001, 2ª ed., pp. 14 y 15.
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