A primera vista alguien podría llegar a pensar que se trató de un acto jurídico de las autoridades de Bruselas (un reglamento, una directiva, una decisión o incluso una recomendación o un dictamen) pero no; en realidad, la única referencia a este santo que encontramos en la base de datos EUR-Lex -y se menciona tangencialmente- es una pregunta que formuló el europarlamentario italiano Mario Borghezio a la Comisión Europea el 15 de mayo de 2003: Asunto: Conmemoración del Beato Marco d’Aviano, símbolo de la identidad europea. El Papa Juan Pablo II ha elevado a los altares al padre capuchino Marco d’Aviano, subrayando su misión profética de testigo de la paz y exaltando su figura como símbolo de la identidad cultural europea. ¿Puede hacer saber la Comisión qué iniciativas piensa promover la Unión Europea, con ocasión de la promulgación de su Constitución, que reforzará las raíces culturales y espirituales cristianas de Europa, para hacer celebrar (junto con la de San Benito, patrón de Europa) también la figura del Beato Marco d’Aviano, grandísimo europeo, defensor de Viena y extraordinario testigo de la paz? Un mes más tarde, la diplomática respuesta del ejecutivo europeo le indicó que: Los grandes méritos de Marco d’Aviano no alteran desafortunadamente el hecho de que la Comisión debe confinar su trabajo a sus ámbitos de actividad, así que la Comisión no pondrá en marcha ninguna acción específica para conmemorar la vida y la obra de este Santo.
Si la proclamación de San Benito [480-547] como Patrono de Europa no tuvo su origen en ningún acto jurídico comunitario podemos deducir que, al tratarse del mensajero de paz, realizador de unión, maestro de civilización y, sobre todo, heraldo de la religión de Cristo y fundador de la vida monástica en Occidente -entre otros justos títulos que lo exaltan- su marco normativo se encuentra en un documento de Derecho Canónico.
En concreto, la Carta Apostólica “Pacis Nuntius” del Sumo Pontífice Pablo VI: Proclamación de San Benito como Patrono de Europa, a la que se dio lectura el 24 de octubre de 1964 en la Abadía de Montecassino (Italia); templo que, destruido en 1944 durante el terrible conflicto mundial, ha sido reconstruido por la tenacidad de la piedad cristiana. El Papa recordó en su carta que, antes de él, Pío XII saludó a San Benito "como Padre de Europa", ya que a los pueblos de este Continente inspiró aquel amoroso cuidado del orden y de la justicia como base de la verdadera vida social. El mismo Predecesor Nuestro deseó que Dios, por los méritos de este gran Santo, secundara los esfuerzos de cuantos tratan de hermanar a esas mismas Naciones europeas. También Juan XXIII, en su paternal solicitud, deseó vivamente que así fuera.
Con esos precedentes y acogiendo de buen grado los deseos de muchos Cardenales, Arzobispos, Obispos, Superiores Generales de Órdenes Religiosas, Rectores de Universidades y de otros insignes representantes del laicado de varias naciones europeas, de declarar a San Benito Patrono de Europa. (…) a propuesta de la Sagrada Congregación de Ritos, tras atenta consideración, en virtud de Nuestro poder apostólico, con el presente Breve y para siempre constituimos y proclamamos a San Benito Abad celestial Patrono principal de toda Europa, con todos los honores y privilegios litúrgicos que de derecho corresponden a los Protectores primarios. (…) Sea, pues, tan insigne Santo el que acoja Nuestros votos y así como en otro tiempo con la luz de la civilización cristiana logró disipar las tinieblas e irradiar el don de la paz, así también ahora presida toda la vida europea y con su intercesión la desarrolle y la incremente cada vez más.
PD: por alusiones, el Beato Marco d'Aviano [1631-1699] es considerado un símbolo de la identidad europea por el contexto histórico en el que le tocó vivir a este predicador capuchino: promoviendo la alianza entre los estados europeos para la liberación de los Balcanes de la opresión turca (*).
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