miércoles, 28 de septiembre de 2011

¿Hay crímenes de honor en España? (I)

Los autores de estos asesinatos tienen una creencia social, muy arraigada en determinadas culturas, según la cual los miembros varones de una familia (generalmente, el padre o los hermanos, pero también pueden ser los tíos o primos) deben velar por la reputación de sus mujeres para proteger el honor familiar; y eso significa que si los hombres consideran que una mujer de su linaje ha transgredido sus normas sociales –por negarse a contraer un matrimonio concertado, pedir el divorcio, sorprenderla en adulterio, haber sufrido una agresión sexual, mantener relaciones homosexuales, enamorarse de alguien ajeno a su mismo origen étnico o, simplemente, por haberse occidentalizado demasiado– su deber es controlar sus movimientos, inculcarle una disciplinarla, castigarla y, en último término, incluso matarla; por ese motivo, el móvil del crimen puede ser cualquier hecho que los miembros varones de la familia consideren vergonzoso o deshonroso.

En Europa, lamentablemente, encontramos demasiados ejemplos de estos crímenes: Fadime Şahindal fue asesinada en Upsala, Suecia, en 2002; Abbas Rezai (Hogsby, Suecia, 2005); Ghazala Khan (Copenhague, Dinamarca, 2005); Hatun Sürücü (Berlín, Alemania, 2005); Nuziat Khan (Londres, Gran Bretaña, 2001); Heshu Yones (Brádford, Gran Bretaña, 2005); Nosheen Butt (Módena, Italia, 2010); Samira Bari (Vaucluse, Nimes, Francia, 2003); etc.

¿Cuál es la situación en España? Como sucede con las meigas, los crímenes de honor haberlos, haylos; aunque son muy escasos en comparación con otros países de nuestro entorno. El asesinato más famoso fue, probablemente, el que inspiró a Federico García Lorca el drama en verso de sus Bodas de sangre, basado en el crimen de Níjar (Almería) que ocurrió en julio de 1928, cuando una novia se fugó con su amante pero la familia del novio los sorprendió huyendo; a él lo mataron y a ella la dieron por muerta.

Hoy en día, el problema estriba en la dificultad de identificar estas agresiones en un contexto donde se difuminan con demasiada facilidad: la violencia de género; por ejemplo, el auto del Tribunal Supremo 2473/2010, de 4 de marzo, inadmitió un recurso de casación interpuesto por un ciudadano marroquí, residente en Andalucía, que fue condenado por la sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla, de 4 de mayo de 2009, como autor de un delito de maltrato habitual, de un delito de amenazas graves no condicionales y de un delito intentado de homicidio –contra su pareja de hecho, una compatriota a la que había conocido recolectando fresas en Huelva– concurriendo en este último la agravante de parentesco y sin circunstancias modificativas de su responsabilidad en los otros dos, a las penas de dos años y nueve meses de prisión por el delito de maltrato habitual, de un año de prisión por el delito de amenazas y de ocho años de prisión por el delito de homicidio intentado. Leyendo tanto el auto como la sentencia, se trata de un lamentable caso de violencia de género en el que, simplemente, coincide que el agresor y la víctima son musulmanes.

Y es que, en el resto de la Unión Europea, los crímenes de honor sufren el estigma de relacionarse irremediablemente con el Islam, a pesar de que afectan a todas las creencias, de modo que la propia Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa tuvo que puntualizar en 2003 que la mayoría de los casos registrados en Europa se han dado entre musulmanes o en las comunidades de inmigrantes musulmanes aunque los llamados "crímenes de honor" tienen raíces culturales y no religiosas y se cometen en todo el mundo (principalmente en las sociedades o comunidades patriarcales).

5 comentarios:

  1. Una pregunta. Dices que los crímenes de honor se confunden con los crímenes de violencia de género (o algo así). Lo que no entiendo es que lo ejemplifiques con un caso en el que, por más que miro, no veo ninguna alusión al honor del hombre o de la familia de la mujer, ni nada parecido. Casos como el que citas los hay a miles, porque es simple violencia de género. ¿Por qué este caso te pareció ilustrativo de un crimen de honor?. Gracias.

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    1. Hola Rosa, buenas tardes:

      Imagino que te refieres al ejemplo que pongo en la segunda parte de esta entrada. Cabe plantearse si España es una excepción en el panorama europeo donde los crímenes de honor suelen ser más habituales; personalmente creo que habrá más de los que se conocen pero que se enmascaran dentro de esa lacra que es la violencia de género.

      El ejemplo que ocurrió en el País Vasco es el típico caso de crimen de honor donde un padre marroquí pero que no parece que sea un buen musulmán porque estaba borracho, atacó a su hija porque ésta eligió una forma de vida que no coincidía con el patrón impuesto por el padre para sus hijos (habitual motivo de estos crímenes) al tener un novio elegido por ella y, probablemente, porque vestiría como cualquier otra joven. Ese padre la atacaría al sentir que había perdido su control sobre ella y, seguramente, verse humillado y deshonrado.

      No conozco ningún otro caso en España (lo más parecido, lo de la joven egipcia que huyó con su novia española perseguidas por su padre, de hace unos meses).

      Gracias. pasa buena tarde, Carlos

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  2. Pero el caso que comentas ahora con detalle, sobre el que no cabe duda, no tiene que ver con el de tu ejemplo; según tu propia cita: "autor de un delito de maltrato habitual, de un delito de amenazas graves no condicionales y de un delito intentado de homicidio –contra su pareja de hecho, una compatriota a la que había conocido recolectando fresas en Huelva". ¿Qué me estoy perdiendo, Carlos? Gracias por tu respuesta. Me gusta tu blog :-)

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    1. Hola Rosa, buenos días:

      Yo me refería al ejemplo de la segunda parte de esta entrada y tú al de la primera; efectivamente, en el caso de los recolectores de fresas en Huelva no hay ninguna referencia al honor sino que, dada la nacionalidad de los sujetos, se pudiera pensar -erróneamente- que esa situación podría haber sido un crimen de honor, pero no, se trata de un caso de malos tratos en la pareja (aquí no se daría esa defensa que realiza el agresor de la honorabilidad de su familia).

      Me alegro de que te guste mi blog. Pasa buena mañana, gracias. Carlos

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