lunes, 5 de septiembre de 2016

Los tres procesos de Oscar Wilde [y el de Alan Turing]

En el pasado, un homosexual era casi siempre un criminal en todo el sentido de la palabra; y lo es todavía en algunos países
[1]. Francia despenalizó los actos homosexuales consentidos entre adultos a partir de 1791, y fue seguida en esta acción por algunas naciones, como los Países Bajos, que ajustaron su legislación al Código Penal francés de 1810, pero los homosexuales de otros países europeos y anglosajones tuvieron que esperar más de un siglo para la despenalización, que llegó a Inglaterra en 1967 [2]. En ese contexto legal, las representaciones literarias de lo que Guy Hocquenghem llamaba «la homosexualidad negra» –nocturna, peligrosa, a veces violenta e incluso criminal– suelen estar en la obra de algunos homosexuales que a veces se complacen en su condición de marginados y fuera de la ley. Sin duda, Jean Genet es el mejor ejemplo de ello, y como dice Didier Eribon, encontramos el tema del «acercamiento entre el homosexual y el criminal» en otros muchos escritores homosexuales, como por ejemplo Oscar Wilde, Marcel Proust, Marcel Jouhandeau o Julien Green [2].
 
Oscar Wilde (Dublín, 1854 - París, 1900) formó parte de aquella sociedad victoriana que, durante la segunda mitad del siglo XIX, ya había vivido varios escándalos como el proceso de los travestis [Thomas Ernest] Boulton y [Frederick William] Park, en 1871; el caso del castillo de Dublín, en 1884; y finalmente el [del burdel gay] de Cleveland Street (1889-1890) (…) que comprometió a algunos aristócratas [e incluso afectó a la familia real]. Según la enmienda Labouchère que entró en vigor en 1885, «todo acto de ultraje a las buenas costumbres» (gross indecency) cometido entre hombres era castigado con una pena que podía legar a dos años de prisión, acompañada o no de trabajos forzados [3].

El autor de obras tan universales como El retrato de Dorian Gray (1891), El fantasma de Canterville (1891), El abanico de Lady Windermere (1892) o La importancia de llamarse Ernesto (1895) era hijo del doctor William Wilde y de la poetisa Jane Elgee; estudió en el Trinity College de Dublín, con excelentes calificaciones, y obtuvo una beca para continuar su formación sobre literatura clásica en el Magdalen de Oxford, cuando falleció su padre y la familia atravesó serias dificultades económicas, sobreviviendo gracias a la ayuda que les prestó Henry Wilson (su hermanastro, hijo de un primer matrimonio paterno). Tras viajar por Estados Unidos, regresó a Londres y, en 1881, se instaló en casa de su amigo el pintor Frank Miles; publicó sus primeras recopilaciones de poemas y, tres años más tarde, se casó con Constance Lloyd –hija de un prestigioso abogado londinense– con la que tuvo dos hijos: Cyril, nacido en 1885 y Vyvyan, en 1886. Durante el siguiente lustro, salvo las duras críticas que recibió su novela, por la inmoralidad que despertó el personaje de Dorian Gray, sus posteriores piezas teatrales fueron aclamadas por la crítica y el público.


Cuando se encontraba en su momento de mayor éxito personal y profesional, en el verano de 1891, conoció a Lord Alfred 'Bosie' Douglas (1870-1945), tercer hijo del Marqués de Queensberry. Tras cuatro años de intensa relación, su romance acabó llegando a oídos de Lord John Sholto Douglas, padre del joven, que primero intentó desacreditarlo e incluso trató de boicotear el estreno de La importancia de llamarse Ernesto, sin éxito, por lo que el 18 de febrero de 1895, el aristócrata decidió hacer pública la homosexualidad de Wilde dejando una nota en la consigna del Albemarle Club que frecuentaba: For Oscar Wilde posing SomdomitePara Oscar Wilde, que alardea de somdomita» (sic)]. La reacción del escritor acabó volviéndose contra él. Ofendido por aquel comportamiento, alentado por el propio 'Bosie' y desoyendo los consejos de su amigo Robert Ross (que le recomendó hacer caso omiso de aquella tarjeta) y de su abogado sir Edward Clarke (pidiéndole que no iniciara ninguna causa), el dramaturgo decidió demandar al marqués por injurias y libelo y, aunque la policía llegó a detenerlo, el tribunal del Old Bailey [Central Criminal Court] le absolvió de los cargos el 3 de abril porque un comentario no puede ser injurioso si lo que se afirma es cierto.

Lejos de que el enfrentamiento se hubiera resuelto con aquel primer proceso, durante la vista se preguntó a Wilde por los pasajes homoeróticos de su novela El retrato de Dorian Gray y afloraron algunas de sus relaciones con otros alumnos de Oxford porque Lord Douglas había contratado a varios detectives para obtener pruebas de su “depravación”. Finalmente, el marqués pasó al contraataque y denunció al escritor por ultraje a las costumbres y sodomía. Se celebraron dos nuevos juicios –el 26 de abril (cuando Wilde apeló al escultor Miguel Ángel para explicar la profunda relación que puede existir entre un hombre mayor y otro más joven) y el 22 de mayo, negándose a huir del país antes de que se conociera el veredicto del jurado que lo condenó a dos años de prisión realizando trabajos forzados en las cárceles de Newgate y Reading, donde se convirtió en el preso C33.

Como consecuencia de los tres procesos, su mujer –que, a pesar de todo, no solicitó el divorcio y, durante años, le pasó una pensión económica con la que Oscar pudo sobrevivir– abandonó Gran Bretaña para instalarse en Suiza con sus dos hijos que decidieron cambiar el apellido Wilde por el de Holland; la presión familiar de los Douglas, amenzando a 'Bosie' con retirarle su asignación, pudo más que su amor y, tras un último encuentro en Nápoles, se despidieron para siempre; por último, Wilde, se exilió en París, donde murió en 1900, con una salud precaria, deprimido, solo y arruinado, ocultándose bajo el pseudónimo de Sebastian Melmoth.

PD: junto a este caso del dramaturgo británico, en el Reino Unido debemos mencionar el proceso que se siguió contra Alan Mathison Turing (1912- 1954), hijo del imperio y de la clase media inglesa -como lo describió su biógrafo David Leavitt [4]- porque su padre era funcionario en la India donde el brillante matemático fue concebido. Su cadáver se halló la mañana del 8 de junio de 1954. Al lado había una manzana a la que le faltaban varios bocados. (...) la conclusión de la investigación, que tuvo lugar el 10 de junio, fue que Turing había puesto fin a su propia vida. Por lo visto, la manzana había sido rociada en una solución de cianuro [5]. Dos años antes, el hombre que desveló los códigos encriptados de la máquina Enigma mantuvo relaciones sexuales con Arnold Murray, un joven que presumió de aventura con un amigo suyo llamado Harry. Ambos acabaron entrando en casa de Alan Turing para robarle algunas pertenecías y, cuando la policía se hizo cargo del allanamiento, ató cabos y detuvo al matemático por ultraje a la moral pública. Juzgado por atentado a la moral, fue "sentenciado" [el 31 de marzo de 1952] -en lugar de enviado a prisión [como sucedió con Wilde]- a someterse a un tratamiento de estrógenos con objeto de "curarle" de su homosexualidad [6]. Turing aceptó la sentencia y, tras el procedimiento médico, volvió a sus tareas académicas. Sin embargo, el tratamiento hormonal le afectó física y psicológicamente [7].
 
NB: La primera condena del Tribunal Europeo de Derechos Humanos a un Estado miembro del Consejo de Europa por violar el Art. 8 CEDH –por restringir, injustificadamente, el derecho del demandante al respeto de su vida privada, discriminándole por su orientación sexual– fue el asunto Dudgeon contra Reino Unido (nº 7525/76, de 22 de octubre de 1981); poco después de que Gran Bretaña despenalizara las relaciones homosexuales.

Citas: [1] Un buen ejemplo lo encontramos en el Código Penal de Zamfara (Nigeria). [2] TIN, L.-G. (Dtor). Diccionario Akal de la homofobia. Madrid: Akal, 2012, pp. 134-135. [3] Ob. cit, p. 486. [4] LEAVITT, D. El hombre que sabía demasiado. Barcelona: Antoni Bosch Editor, 2007, p. 17. [5] Ob. cit., p.p. 255 y 256. [6] Ob. cit., p. 249. ]7] DE LEÓN, M. y TIMÓN, Á. Vida y legado de Turing. Madrid: Catarata, 2014, p. 74.

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