viernes, 18 de mayo de 2018

El origen del “Código Hays”

El actor Roscoe Fatty Arbuckle (1887-1933) fue uno de los comediantes más famosos en el Hollywood de comienzos del siglo XX. En aquel momento, su popularidad sólo podía compararse con la de Charles Chaplin, Charlot, como ha estudiado el profesor Gary Alan Fine [1]; pero su vida cambió cuando fue acusado de asesinar a la actriz y modelo Virginia Rappe en la lujosa habitación 1219 del Hotel St. Francis, de San Francisco (EE.UU.), el lunes 5 de septiembre de 1921. Aquella trágica muerte conmocionó a la sociedad americana y se convirtió en el escándalo que cambió Hollywood [2] dando lugar a un proceso interno de autorregulación por parte de la industria cinematográfica que culminó con la aprobación del denominado “Código Hays” (sobrenombre coloquial del Motion Picture Production Code).
 
En plena época de la Ley Seca, Arbuckle organizó una fiesta en la que, según Fine, corrieron litros de whisky y ginebra. La víctima comenzó a sentirse mal y a gritar, quitándose la ropa; y, como los invitados no lograban calmarla, con ayuda del gerente del hotel, trasladaron a Virginia a otra suite donde fue atendida por un médico y, ya calmada, una ambulancia la llevó a un hospital donde falleció de peritonitis cuatro días más tarde, el 9 de septiembre de 1921. En principio, nada parecía indicar que su fallecimiento se debiera a una muerte violenta pero el testimonio de una amiga de la actriz, Maude Bambina Delmont –que no dudó en acusar a Fatty de haberle introducido una botella por la vagina– logró que interviniera el fiscal del distrito, Matthew Brady, acusando al actor de asesinato aunque, posteriormente, el juez Lazarus redujo el cargo al de homicidio.
 
Arbuckle tuvo que comparecer en tres procesos judiciales –del 18 de noviembre al 4 de diciembre de 1921; del 11 de enero al 4 de febrero de 1922; y del 13 de marzo al 12 de abril de 1922– hasta que un jurado lo exoneró por completo y fue absuelto. A pesar de aquel veredicto de inocencia, menos de una semana después, William H. Hays, director de la Asociación de Productores y Distribuidores de Películas [Motion Picture Producers and Distributors Association (MPPDA)] le prohibió volver a actuar y Fatty no pudo participar en ningún otro film hasta 1932 [3].
 
Con el público aún susceptible por aquellos acontecimientos, en 1924, Hays estableció un primer mecanismo, conocido como "La fórmula", para supervisar las fuentes literarias que podían ser susceptibles de adaptación cinematográfica; reglas que reformó en 1927 con un listado que sintetizó las restricciones: The Dont's and Be Carefuls.
 
De acuerdo con el profesor Pavés, en ese contexto, (…) El Código Hays, redactado en 1930 por el padre Daniel Lord (profesor de arte dramático en la Universidad de San Luis) y por Martin Quigley (editor de la revista "Motion Picture Herald"), fue la respuesta de la industria, por una parte a la creciente preocupación de la opinión pública americana ante la inmoralidad de los productos ofertados por Hollywood y, por otra, a los problemas derivados de la aparición de los diálogos, que ampliaron considerablemente los límites expresivos del medio cinematográfico tras la introducción de la nueva tecnología del sonoro a finales de la década de los años veinte. (…) La Asociación de Productores y Distribuidores Cinematográficos de América [MPPDA] fue fundada el 24 de marzo de 1922, en un último y desesperado intento de la industria cinematográfica para soslayar un posible control del Gobierno Federal y con el fin de recuperar la confianza, el crédito y el prestigio ante los espectadores americanos, tras la sucesión de escándalos que se habían originado en 1921 en el seno de la comunidad de Hollywood y que habían generado no poca indignación social a lo largo y ancho del país [4].
 
El Hays Code, que empezó a aplicarse con rigor en 1934 [y], no se abandonaría hasta 1968, año en el que fue reemplazado por el MPAA Film Rating System (la célebre calificación por edades que terminaría funcionando en medio mundo), y entraba de lleno en la consideración de lo que podría considerarse moral o inmoral para las audiencias estadounidenses con base en tres grandes líneas de acción:
  1. Ninguna película debe rebajar el estándar moral de sus espectadores y, por consiguiente, la audiencia no debe simpatizar en modo alguno con los criminales, los malvados, los pervertidos, los pecadores o las malas conductas.
  2. Toda producción cinematográfica, dentro de su argumento y de acuerdo a él, debe representar los estándares de vida adecuados (éticos, morales, religiosos, sexuales, etcétera).
  3. Las leyes humanas o naturales no deben ser ridiculizadas, ni se debe permitir que el espectador simpatice en forma alguna con los personajes, ideas o tendencias que propaguen esta clase de ridiculización [5].
Citas: [1] FINE, G. A. “Scandal, Social Conditions, and the Creation of Public Attention: Fatty Arbuckle and the "Problem of Hollywood"”. En: Social Problems, vol. 44, nº 3, 1997, p. 299. [2] MERRITT, G. Room 1219. Chicago: Chicago Review Press, 2013. [3] FINE, G. A. Ob. cit. p. 300. [4] PAVÉS, G. M. El cine negro de la RKO. En el corazón de las tinieblas. Madrid: T&B Editores, 2003, p. 255. [5] PÉREZ FERNÁNDEZ, F. Mentes criminales. Madrid: Nowtilus, 2012, p. 144.

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