viernes, 25 de febrero de 2022

Un enclave turco en Siria: la tumba del sha Soleimán

El 22 de febrero de 2015, en plena Guerra Civil de Siria, las autoridades de Ankara pusieron en marcha la Operación Sha Éufrates [Şah Fırat Operasyonu] para trasladar, por segunda vez, la ubicación de la tumba del sha Soleimán –un personaje de finales del siglo XII y comienzos del XIII que ocupa un lugar destacado en la historia turca por ser el abuelo del sultán Osmán I, fundador del Imperio Otómano– a un lugar, provisional, que estuviera más alejado de la amenaza del Estado Islámico y más cerca de la frontera meridional de Turquía. La primera vez que se trasladaron sus restos fue en 1973 cuando su anterior emplazamiento, cerca del castillo sirio de Qal'at Ja'bar, en Raqqa, se vio afectado por la construcción del nuevo lago artificial de al-Asad en el cauce del río Éufrates, poniendo en riesgo la integridad del mausoleo por la crecida del nivel del agua. En aquella ocasión, el destino elegido fue la aldea de Karakozak, situada cerca de Alepo, también en la orilla del mítico río de Mesopotamia, donde una comisaría de soldados turcos vigilaba la sepultura que constituye uno de los enclaves internacionales más singulares y pequeños de todo el mundo.

Aunque lo habitual es atribuir esta singularidad a una de las estipulaciones previstas por el Tratado de Paz con Turquía firmado en Lausana (Suiza) el 24 de julio de 1923, para fijar los límites territoriales definitivos de este país, tras la I Guerra Mundial, y anular los previstos en el anterior Acuerdo de Sèvres, de 10 de agosto de 1920; no es cierto. El peculiar estatus legal de esta tumba lo encontramos en el Art. 9 del Tratado de Ankara [Accord d'Ankara (Accord Franklin-Bouillon –por el apellido del ministro francés Henry Franklin-Bouillon– o Accord franco-turc d'Ankara)], de 20 de octubre de 1921, suscrito por la República Francesa y la Gran Asamblea Nacional de Turquía en la entonces ciudad de Angora –hasta 1930 esta fue la tradicional denominación de la capital turca célebre por sus gatos– para concluir el conflicto armado entre ambas naciones. Recordemos que París administró el territorio de Siria hasta 1946 en que Damasco proclamó su independencia.


Aquel Art. 9 fue donde se dispuso que: Le tombeau de Suleiman Chah, le grand-père du Sultan Osman, fondateur de la dynastie ottomane (…), situé à Djaber-Kalessi restera, avec ses dépendances, la propriété de la Turquie, qui pourra y maintenir des gardiens et y hisser le drapeau turc; es decir: La tumba del sha Soleimán, abuelo del sultán Osmán, fundador de la dinastía otomana (…), ubicada en Djaber-Kalessi [en árabe: Qal'at Ja'bar], seguirá siendo, con sus dependencias, propiedad de Turquía, que allí podrá mantener guardias e izar allí la bandera turca. Por ese motivo, aquella sepultura es un territorio turco situado dentro de Siria.

En plena ofensiva del Estado Islámico (Daesh) en el interior de este país, analistas y políticos se plantearon si un ataque del grupo terrorista contra aquel mausoleo turco habría justificado la invocación del principio de defensa colectiva previsto por el Art. 5 del Tratado de la OTAN. Para curarse en salud, en 2015, como señalamos al comienzo, Turquía decidió retrasladar la Süleyman Şah Türbesi hasta que se estabilice la situación en Siria.

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