El origen de esta expresión tan coloquial –y de cualquiera de sus variantes: “1%”, “1%er” o “1 percenter”– se remonta a la festividad del 4 de julio de 1947, en plena postguerra, cuando la American Motorcycle Association (AMA) organizó una concentración motera –la Gypsy Tour– en la tranquila localidad californiana de Hollister (EE.UU.) a la que acudieron cerca de 4.000 asistentes que –según la revista Life del posterior 21 de julio– “aterrorizaron” a sus habitantes durante aquel fin de semana, al ocasionar algunos disturbios que obligaron a intervenir a la policía y a que la AMA, al menos presuntamente (porque nadie de la Asociación lo reconoció), difundiera un comunicado para tranquilizar a la población, afirmando que el 99% de los motociclistas que acudieron al Hollister Riot eran buenos ciudadanos, respetuosos de la ley; lo que daba a entender que solo el 1% restante actuaba al margen de las normas. Aquella frase tuvo tanta fortuna que sirvió para crear una subcultura específica entorno a los moteros outlaw [no necesariamente delincuentes sino al margen de las reglas de conducta de la AMA]. Comenzaron a fundarse clubes para reunirlos –como los famosos Ángeles del Infierno [Hell’s Angels] que adoptaron el emblema de un 1% dentro de un diamante rojo– y, en la siguiente década, Hollywood creó su icónica imagen con Marlon Brando montado sobre una Triumph en la película The Wild One [en España, Salvaje, dirigida por László Benedek en 1953], basada en los sucesos ocurridos durante aquel verano de 1947.
PD: la AMA es una organización sin ánimo de lucro fundada en 1924, con sede en Pickerington (Ohio), que se rige por su propio Code of Regulations, de enero de 2016.
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