En 2005, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y su Director General, el diplomático egipcio Mohamed ElBaradei [El Cairo, 1942] recibieron el Premio Nobel de la Paz, for their efforts to prevent nuclear energy from being used for military purposes and to ensure that nuclear energy for peaceful purposes is used in the safest possible way [es decir, por sus esfuerzos por impedir que la energía nuclear se utilice con fines militares y velar por que el uso de la energía nuclear con fines pacíficos sea lo más seguro posible]. Este prestigioso galardón del Norwegian Nobel Institute vino a reconocer la labor desarrollada por el OIEA desde mediados del siglo XX cuando el ser humano entró de lleno en la era nuclear casi al mismo tiempo que, de forma simultánea, se fundaban las Naciones Unidas.
Según la propia ONU: Los horrores de la Segunda Guerra Mundial culminaron en las explosiones atómicas de Hiroshima y Nagasaki, lo que puso de relieve la necesidad de abordar el problema nuclear. Buena prueba de ello es que la primera resolución que adoptó la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su primer periodo de sesiones, abordó, precisamente, la Creación de una Comisión que se encargara de estudiar los problemas surgidos con motivo del descubrimiento de la energía atómica [A/RES/1 (I), de 24 de enero de 1946], y tuviera los siguientes “cometidos” (Art. 5): fomentar entre todas las naciones el canje de informes científicos fundamentales, destinados a fines pacíficos; regular la energía atómica hasta donde sea necesario para garantizar su empleo únicamente para fines pacíficos; eliminar, de los armamentos nacionales, las armas atómicas así como todas las demás armas principales capaces de causar destrucción colectiva de importancia; y proteger eficazmente, mediante inspecciones y por otros medios, a los países que respeten sus compromisos, contra los riesgos de violaciones y evasiones.
Siete años más tarde, el 8 de diciembre de 1953, el Presidente de los Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, se dirigió al órgano plenario de la ONU para pronunciar su célebre discurso: «Átomos para la Paz» donde abogó por la necesidad de crear lo que él denominó “International Atomic Energy Agency” (nombre que aún mantiene este organismo en inglés) con el fin de servir para crear un nuevo clima de confianza mutua en un mundo tan dividido como era aquel de la Guerra Fría; promoviendo el uso de la energía nuclear pero en beneficio de toda la humanidad.
Entre 1954 y 1956, los delegados de doce naciones occidentales y del Este (Australia, Bélgica, Brasil, Canadá, Checoslovaquia, Estados Unidos, Francia, India, Portugal, Reino Unido, Sudáfrica y la Unión Soviética) negociaron el proyecto de Estatuto del Organismo Internacional de Energía Atómica que finalmente fue aprobado el 23 de octubre de 1956 por la Conferencia sobre el Estatuto del OIEA, celebrada en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Aquel texto entró en vigor el 29 de julio de 1957, una vez que se cumplieron las disposiciones del párrafo E del Art. XXI. Desde entonces, el Estatuto ha sido enmendado tres veces, de acuerdo con el procedimiento prescrito en los párrafos A y C del Art. XVIII: 1) El 31 de enero de 1963 entraron en vigor ciertas enmiendas a la primera frase del entonces apartado 3 del párrafo A del Art. VI; 2) Volvió a ser enmendado el 1 de junio de 1973 al entrar en vigor diversas enmiendas a los párrafos A, B, C y D del mismo artículo (que hizo necesario volver a numerar los apartados del párrafo A); y 3) El 28 de diciembre de 1989 entró en vigor una enmienda a la parte introductoria del apartado 1 del párrafo A.
En cuanto al vínculo entre el OIEA y la ONU, aunque no se trata de uno de sus quince organismos especializados sí que se considera una de sus organizaciones conexas gracias al Acuerdo que sucribieron para regir su relación [Agreement governing the relationship between the United Nations and the International Atomic Energy Agency (INFCIRC/11)] que entró en vigor el 14 de noviembre de 1957. En él se estipula que: el Organismo se compromete a realizar sus actividades con arreglo a los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas para impulsar la paz y la cooperación internacional, en conformidad con las políticas de las Naciones Unidas para profundizar en el establecimiento de un desarme controlado a nivel mundial y en conformidad con todo acuerdo internacional concertado en aplicación de dicha política. Ese mismo año, el OIEA celebró en Viena su primera Conferencia General y la capital austriaca se convirtió en su sede.
Aquel emblemático 1957 también fue el año en que los seis Estados miembros de la CECA (Comunidad Europea del Carbón y el Acero) –Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos– se reunieron en Roma, el 25 de marzo, para crear la Comunidad Europea de la Energía Atómica (EURATOM).
NB: por si te interesan estas cuestiones, puedes leer dos entradas sobre la diferencia [jurídica] entre notificar e informar de un accidente nuclear; y cuáles son las cinco Zonas Libres de Armas Nucleares (ZLAN) del mundo.
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