Apenas 8 días después de que la República Federal de Alemania (RFA) se convirtiera en el Estado nº 15 de la OTAN, el Gobierno de Moscú y los países del entorno soviético –Albania (que se retiró en 1968), Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, Polonia, la República Democrática Alemana (RDA) y Rumanía; además de la propia URSS– decidieron establecer la némesis de la Alianza Atlántica: el Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua conocido como «Pacto de Varsovia» porque se firmó en el Palacio Presidencial de la capital polaca el 14 de mayo de 1955 pero, como sabemos, esta organización militar se disolvió el 1 de julio de 1991, tras la caída del muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética en 15 repúblicas independientes; sin embargo, antes de que hubiera transcurrido un año, el 15 de mayo de 1992, seis de aquella antiguas repúblicas soviéticas (Armenia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán) firmaron el Tratado de Tashkent o Tratado de Seguridad Colectiva (TSC) al que se sumaron –en 1993– Azerbaiyán, Bielorrusia y Georgia, entrando en vigor el 20 de abril de 1994 tras ser ratificado por los nueve parlamentos nacionales.
Aquel primer tratado, que se acordó ir renovando cada cinco años (Art. 11), contemplaba el principio de defensa colectiva en su Art. 4: Si uno de los estados participantes es objeto de agresión por parte de cualquier estado o grupo de estados, esto se considerará una agresión contra todos los estados partes en este Tratado. En caso de un acto de agresión contra alguno de los Estados miembro, todos los demás le brindarán la asistencia necesaria, incluso militar, así como le brindarán apoyo con los medios a su alcance para el ejercicio del derecho a la defensa colectiva. de conformidad con el Art. 51 de la Carta de las Naciones Unidas.
Cuando, en 1999, se planteó la primera renovación quinquenal del Tratado de Tashkent, tres naciones (Azerbaiyán, Georgia y Uzbekistán) decidieron no prorrogarlo; de modo que el 14 de mayo de 2002, los seis miembros restantes se plantearon en Moscú adoptar un nuevo estatus y reconvertir aquel acuerdo inicial que potenciaba la cooperación y el entendimiento mutuo en el ámbito político-militar en la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC; CSTO, por sus siglas en inglés; y ODKB, en ruso).
El Capítulo IV de la Carta establece un Consejo de Seguridad Colectiva (CSC) como órgano supremo de la Organización integrado por los jefes de gobierno de los seis estados miembros; diversos órganos de coordinación (Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores y Consejo de Ministros de Defensa) consultivo (Comité de Secretarios de Consejos de Seguridad); asimismo, la CSTO cuenta con un Consejo Permanente (órgano de coordinación para el período entre sesiones), un Secretario General (máximo funcionario administrativo de la organización), el Cuartel General Conjunto (brinda apoyo organizacional e informativo y analítico para sus actividades) y –desde 2010– una Asamblea Parlamentaria concebida como un cuerpo de cooperación interparlamentario. Todas las decisiones se adoptan por consenso (Art. 12) y la sede de la CSTO se encuentra en Moscú.
En los treinta años de historia de esta organización, su primera intervención conjunta enviando tropas a un Estado miembro se ha producido en enero de 2022 por la crisis kazaja.
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