viernes, 5 de marzo de 2021

La ley suiza que obliga a tener un «búnker»

El capítulo 5 de la LPPCi [loi fédérale du 4 octobre 2002 sur la protection de la population et sur la protection civile (es decir, la Ley Federal de 4 de octubre de 2002 sobre protección de la población y protección civil)] es el marco normativo que adoptó la Asamblea de la Confederación Helvética para establecer el requisito de contar con un refugio; en concreto, el Art. 45 dispone que: Cada habitante debe tener un lugar protegido en un refugio ubicado cerca de su lugar de residencia y accesible en un tiempo razonable. A continuación, el Art. 46 establece quién tiene esa obligación: todo propietario que construya una vivienda en un municipio donde el número de lugares protegidos sea insuficiente deberá construir un refugio y equiparlo; asimismo, en aquellas comunas donde el número de búnkeres resulte insuficiente, serán las autoridades municipales las que tendrán que proveer suficientes albergues públicos y equiparlos (por ejemplo, en Lucerna, en 1976, se construyó un refugio –la instalación de defensa civil de Sonnenberg– que permite albergar hasta 20.000 personas).

Esta norma federal entró en vigor el Año Nuevo de 2004 pero, ya desde su precedente, aprobado el 4 de octubre de 1963, el ordenamiento suizo ha continuado con su política de proteger a sus habitantes, fruto del temor a ser invadidos durante la II Guerra Mundial o sufrir un posible ataque nuclear en la posterior Guerra Fría. 

¿Realmente los suizos están tan obsesionados con la seguridad? El periodista Daniele Mariani afirma que: (…) a escala mundial los suizos son uno de los pueblos que más dinero gastan en protegerse de todo y de todos. Invierten en ello más del 20% de su presupuesto. (...) En 2006 existían en Suiza 300.000 refugios repartidos entre casas, escuelas y hospitales, a los que se suman 5.100 refugios públicos. La suma de todas sus capacidades equivale a 8,6 millones de puestos disponibles. Esto equivale al 114% de la población (*). 

Desde entonces se ha intentado derogar aquella norma de 2002 pero el accidente nuclear de Fukushima en 2011 convenció a los miembros de la Asamblea Federal de la utilidad de esa amplia red de refugios para ser utilizados en caso de catástrofe o desastre natural [el Art. 173.a) de la actual Constitución Federal de la Confederación Helvética, de 18 de abril de 1999, otorga a su poder legislativo bicameral la atribución de tomar las medidas necesarias para preservar la seguridad exterior, la independencia y la neutralidad de Suiza].


NB: sobre la tradicional neutralidad de este país alpino existe una conocida anécdota de la película británica El tercer hombre (The Third Man; Carol Reed, 1949): Harry Lime (Orson Welles) se excusa ante su amigo Holly Martins (Joseph Cotten), que le reprocha su actividad criminal: “En Italia, durante los treinta años que duró el mandato de los Borgia, tuvieron guerra, terror, asesinato, derramamientos de sangre. Y produjeron genios como Miguel Angel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza, tenían amor fraternal, quinientos años de democracia y paz. ¿Y qué produjeron? El reloj de cuco” [ORIA DE RUEDA SALGUERO, A. Para crear un cortometraje: Saber pensar, poder rodar. Barcelona: UOC, 2010, p. 72].

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