miércoles, 17 de noviembre de 2021

El origen de la FAO: la propuesta de David Lubin

Ente las funciones de la FAO –siglas en inglés por las que se conoce a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (que fue el primero de los quince organismos especializados de la ONU)– el Art. I de su Constitución –adoptada en Quebec (Canadá), el 16 de octubre de 1945– dispone que: La Organización reunirá, analizará, interpretará y divulgará las informaciones relativas a la nutrición, alimentación y agricultura. Para lograr ese objetivo, en 1952, la Conferencia de la FAO decidió crear una Biblioteca en Roma (Italia) –a donde se había trasladado esta agencia de la ONU, un año antes, desde Washington– que denominó David Lubin Memorial Library. Hoy en día, este centro se ha convertido en un referente mundial en materias relacionadas con la agricultura, alimentación y nutrición; el desarrollo rural; la producción y protección vegetal; la producción y salud animal, la maquinaria agrícola, las agroindustrias, agrosilvicultura, silvicultura y pesca; el desarrollo sostenible, la estadística o la economía agrícola. Sus fondos –más de un millón de volúmenes– tuvieron su origen en otra biblioteca, la del Instituto Internacional de Agricultura que fue creada en 1905, por el comerciante y agricultor autodidacta estadounidense, de origen polaco, David Lubin, al que la FAO quiso rendir homenaje poniéndole su nombre a esta institución. Pero, ¿quién fue David Lubin?

Nació en Klodawa, cerca de Cracovia (Polonia), el 13 de junio de 1849. Era el benjamín de seis hermanos que se quedaron huérfanos de padre siendo muy jóvenes por lo que su madre decidió que lo mejor para mantener a la familia era emigrar a otro país y contraer un nuevo matrimonio, del que nacería su hermanastro Harris en 1854. La nueva familia Weinstock-Lubin estuvo dos años en Londres antes de emigrar definitivamente a Estados Unidos, primero a Nueva York, luego a Massachusetts y después a California, donde ya vivía su hermana Jeannette. Entre 1874 y 1884, estos tres hermanos lograron fundar una empresa de reparto por correo que acabó siendo la más importante de toda la Costa Oeste norteamericana.

Convertido en un próspero hombre de negocios, muy vinculado con el mundo agrícola, el pionero y filántropo Lubin –como recuerda la propia FAO (*)– comprendió que la agricultura había perdido peso en la economía global. Los problemas eran profundos, por un lado los agricultores no estaban organizados debidamente y por otro, era un sector que no daba prestigio y tampoco aportaba innovaciones como sí sucedía en la industria. Por decirlo de una manera más clara: el prestigio y la fortuna estaban en sectores como la industria, el comercio y las finanzas.


Lubin ya había entendido que el comercio desempeñaba un papel importante en la fijación de los precios y que únicamente una organización internacional podía defender satisfactoriamente los intereses de los agricultores. Comenzó, entonces, una intensa campaña en Estados Unidos para lograr un apoyo público a la agricultura. Pero no tuvo eco y decidió continuar en Europa. Después de viajar a Londres y París y no encontrar respuesta, fue en Italia, en la figura del Rey Víctor Emanuel III, donde finalmente acabaron escuchándole. El 17 de junio de 1905, el Gobierno italiano convocaba la primera conferencia del Instituto Internacional de Agricultura. Nacía así el germen de lo que posteriormente sería la FAO. El número de países miembros pasó de 46 en la fecha de su primera Asamblea a 74 en el año 1934. Lubin falleció en la capital italiana, el 1 de enero de 1919.


Los objetivos de aquel Instituto Internacional de Agricultura (IIA) eran ayudar a los agricultores a compartir conocimientos, establecer un sistema de cooperativas de crédito rural y tener control sobre la comercialización de sus productos (*); pero las cuatro décadas que existió (1905-1945) se caracterizaron por la Gran Crisis de 1929; la pésima situación que padecieron los agricultores como consecuencia no solo del crack bursátil (barreras arancelarias, descenso de las importanciones y aumento de los excedentes por la baja demanda) sino, sobre todo, por las dos guerras mundiales. Como consecuencia, el IIA cesó sus actividades en 1945: pero el testigo de su legado procurando la cooperación internacional en el ámbito de la agricultura lo recogió la actual FAO, gracias a la iniciativa de otro nombre propio: el nutricionista australiano Frank Lidgett McDougall (1884-1958) y sus “Memorandos”, de 1934 y 1942, con los que logró el apoyo del matrimonio Roosevelt [Eleanor y Franklin Delano] para que se desarrollara un programa mundial que combatiera la escasez de alimentos y considerase a la agricultura como un elemento crucial para la mejora del nivel de vida de las personas de todo el mundo.

Un año más tarde, 44 naciones participaron en la Conferencia de Hot Springs (Virginia, EE.UU.), en mayo de 1943, comprometiéndose a financiar una organización permanente dedicada a la agricultura y la alimentación: la actual FAO.

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