miércoles, 15 de mayo de 2024

La disputada propiedad del atolón Palmyra

El periodista Alex Chadwick viajó a este bastión de la naturaleza en el [Océano] Pacífico que debido a su remota situación geográfica y a la simple determinación de las personas que lo han amado aún puede ser considerado como un verdadero paraíso. (…) El primer hombre que anotó en un cuaderno de bitácora haber avistado Palmyra fue Edmund Fanning, capitán de un barco norteamericano, en 1798. Algunos años más tarde [1802], el capitán [Cornelius Sowle, procedente de Rhode Island] de otro buque norteamericano, el Palmyra, redactó los primeros informes oficiales sobre el atolón y estableció su posición [dando nombre con el de su barco a toda aquella isla anular]. (…) Kamehameha IV, rey de Hawái, envió un barco para reclamar el atolón en 1862, aun cuando se hallaba tan lejos que tuvieron que navegar un mes para llegar. En 1898, cuando Estados Unidos se anexionó Hawái incluyó de forma específica a Palmyra, que con el tiempo se convirtió en territorio estadounidense, propiedad casi en su totalidad de una familia de Honolulu: los Fullard-Leo. Y añade: La familia casi perdió el atolón en la II Guerra Mundial, cuando la Armada de Estados Unidos lo ocupó. (…) Cuando acabó la guerra, los militares se mostraron reacios a abandonar su depósito en medio del océano. Los Fullard-Leo pleitearon para recuperar Palmyra hasta que, en 1947, el Tribunal Supremo de Estados Unidos dictaminó su titularidad [1].

La sentencia de la Corte Suprema de Estados Unidos a la que alude el explorador de National Geographic es el asunto United States v. Fullard-Leo, 331 U.S. 256 (1947) que se decidió el 12 de mayo de 1947 a favor de los demandados. La resolución judicial nos aportan muchos más datos sobre aquella isla aislada en el Océano Pacífico (…). Palmyra está situada a unas mil millas al sur del principal grupo hawaiano. Es la primera extensión de tierra considerable en esa dirección, se encuentra entre las islas hawaianas y Samoa. Es un atolón cubierto de coral formado por unos cincuenta islotes, algunos con árboles. (…) Desde que Palmyra fue anexionada al, por entonces, Reino de Hawái, la propiedad de aquel pequeño rincón del mundo ha cambiado tanto por una cadena ininterrumpida de traspasos privados como por una reclamación de las autoridades de Washington a ejercer sobre ella su derecho de posesión exclusiva.


El origen del conflicto se remonta a una resolución adoptada por el soberano hawaiano, Kamehameha IV, el 26 de febrero de 1862. Como único propietario de todo el suelo de las islas, el monarca autorizó a dos de sus súbditos -Johnson Wilkinson y Zenas Bent- a navegar hasta Palmyra para tomar posesión de la isla en nombre del rey con el fin de aumentar el comercio de guano y proteger los intereses del país. La tripulación arribó el 15 de abril de 1862 y, siguiendo las instrucciones de su Jefe de Estado, el capitán Bent ordenó dejar allí un retén integrado por cinco hombres; firmó una declaración solemne, la introdujo en una botella y la enterró bajo un poste en el que izó la bandera hawaiana antes de regresar a Honolulu.


Con los estándares vigentes en el siglo XIX, y en opinión del tribunal que conoció este asunto en primera instancia, se consideró que el capitán actuó simplemente como un agente del Rey y, de acuedo con los principios del derecho internacional, la toma de posesión por parte de Bent perfeccionó el título del Rey; es decir, el Reino de Hawái adquirió la soberanía de Palmyra, y Bent y Wilkinson lograron la propiedad privada de los islotes. Años más tarde. el primero legó su parte al segundo, éste otorgó testamento en Nueva Zelanda a favor de su viuda y ella vendió Palmyra a la empresa Pacific Navigation Company a finales del siglo XIX. A partir de ese momento, el atolón se fue transmitiendo mortis causa o intervivos a diferentes propietarios y herederos hasta llegar a la escritura de propiedad del juez hawaiano Henry Cooper que fue quien se la vendió, en 1920, a la familia Fullard-Leo.

En ese tiempo, como sabemos, el antiguo Reino de Hawái dejó de ser un Estado soberano el 7 de julio de 1898 para incorporarse como territorio de los Estados Unidos y, por ese motivo, Washington consideró que toda Hawái, incluidos los 26 islotes de Palmyra, era tierra pública -de ahí, por ejemplo, que el Congreso autorizase la construcción en ella de una base naval en la Ley de 25 de abril de 1939 (activa de 1941 a 1947)- y que, por esa razón, el título de propiedad que reclamaban los demandados era un asunto federal que debía resolverse en los tribunales federales.


Finalmente, la sentencia de la Corte Suprema de Estados Unidos de 1947 dio la razón a la familia Fullard-Leo, la Armada devolvió la propiedad y se puso fin a una década de pleitos; pero, paradojas de la vida, en 2000 se vendió a una conocida institución dedicada a la conservación de la biodiversidad y el medio natural desde su fundación en la nochebuena de 1954, The Nature Conservancy, y a partir de 2001, el atolón es un Refugio Nacional de Vida Silvestre gestionado por el US Fish and Wildlife Service del gobierno estadounidense.

Cita: [1] CHADWICK, A. “La preciada isla de Palmyra”. En: National Geographic, 2001, vol. 9, nº 3, pp. 54 y 56. Puedes consultar el Archivo Digital del Atolón de Palmyra en ese enlace.

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