lunes, 9 de diciembre de 2024

El tradicional acto de «lectura de leyes penales» en la Armada

Hoy en día, las Reales Ordenanzas de la Armada constituyen un código de doctrina naval que comprende las esencias de la Institución, su espíritu, sus conceptos básicos y sus tradiciones. Tienen por objeto preferente servir de guía a sus miembros e inspirar la reglamentación de la Armada. Así lo dispone el vigente Real Decreto 1024/1984, de 23 de mayo, por el que se aprobaron las Reales Ordenanzas de la Armada. Su Art. 610 establece que: El acto solemne de lectura de Leyes Penales se ajustará en líneas generales al siguiente ceremonial: Formada la dotación por Brigadas o Compañías y pasada revista por sus mandos naturales, quedará en posición de firmes con la Guardia Militar dando frente al Comandante o Jefe. El Escribiente o encargado de la lectura pedirá permiso. Concedido éste, la Guardia Militar pondrá el arma sobre el hombro y el Contramaestre dará la pitada reglamentaria. Se leerán los artículos seleccionados y a continuación el Comandante o Jefe dará la voz de «¡Viva España!», que será contestada por la dotación con el correspondiente «¡Viva!», al tiempo que efectúa el saludo reglamentario. La Guardia Militar, previa orden descansará el arma. Durante la lectura de premios concedidos y correctivos impuestos, la dotación se mantendrá en posición de firmes.

Si nos remontamos casi dos siglos, en las Ordenanzas generales de la armada naval, parte primera: sobre la gobernacion militar y marinera de la armada en general, y uso de sus fuerzas en la mar, de 8 de marzo de 1793, su Título Quinto (Tomo II) regulaba la Policía interior, servicio ordinario y disciplina marinera y militar de los bajeles y, en concreto, su Art. 143 disponía lo siguiente: Los días de fiesta, acabadas las faenas de limpieza, y en que á no haber grave urgencia se dispensarán las de instrucción, se convocará toda la Tripulación y Guarnición encima del alcázar, antes o después de la Misa estando en puerto, y en la mar á las mismas ú otras horas si las maniobras ocurrentes lo impiden en aquellas, y se leerán las Ordenanzas, unas veces las de Penales y otras las que les conciernen en los varios títulos de éste Tratado [1].

A continuación, el Art. 144 puntualizaba cómo debía llevarse a cabo dicha lectura: No será preciso leer de una vez toda una materia, si no alcanza á ello el tiempo de media hora que regularmente se ha de emplear en éste acto, cuidandose de que la lectura sea pausada, y en voz y sentido mui inteligible, con mucho silencio de toda la gente para que á nadie quede disculpa de ignorancia en la infraccion de sus obligaciones, y de las penas correspondientes á los delitos [1].

Ambas regulaciones de la lectura de leyes penales confirman que nos encontramos ante un acto tradicional en el que se da lectura a artículos de las Ordenanzas o de la legislación militar. Concebida para la instrucción semanal de las dotaciones, la ceremonia ofrece hoy en día una ocasión excelente para el contacto directo del comandante o jefe de unidad con sus subordinados, facilita la supervisión de la policía del personal y del estado de revista de las instalaciones, y sirve de marco para la celebración de otros actos militares como puede ser la imposición de condecoraciones o la despedida de miembros de la dotación que pasen a la reserva o al retiro. Para este acto, forma toda la dotación sin armas en un cuadro que facilite a todos la visibilidad y la audición. En los barcos, se elige el espacio más amplio de la cubierta, quedando las brigadas formadas a las bandas, dando frente a la crujía. También en la banda forman los suboficiales sin puesto en las brigadas. Cierran el cuadro, por la proa y mirando a popa, la guardia militar con armas; y, en el lado de popa, mirando a proa, los oficiales sin puesto en formación. Delante de los oficiales, presidiendo, se sitúa el comandante, flanqueado por el segundo comandante y el oficial de guardia.

La secuencia general es la siguiente:

  • La dotación, en posición de firmes, espera la llegada del comandante, al que el segundo comandante ha ido a dar la novedad.
  • Llegado el comandante al lugar de la presidencia, el escribiente de la comandancia solicita permiso para la lectura. El contramaestre de cargo da una pitada de atención, se ordena a la guardia militar poner las armas sobre el hombro y se procede a la lectura de los textos seleccionados.
  • Terminada la lectura, el comandante da una voz de «viva España», contestada por toda la dotación al tiempo que saludan los mandos de las formaciones y los militares fuera de formación.
  • Después del «viva», la guardia militar vuelve a la posición de arma descansada y, en su caso, dan comienzo los actos adicionales que se hayan programado, tras los cuales el comandante suele dirigir unas palabras a la dotación. Mientras dura la alocución, la dotación permanece en posición de descanso.
  • Finalizado el acto, el comandante se vuelve y dice «señores oficiales», que es la señal para que estos salgan de formación y tome el mando el segundo comandante, quien da las órdenes para romper filas a la dotación y, si procede, comenzar la revista del buque o las instalaciones [2].

Como nos recuerda el Ministerio de Defensa, tradicionalmente, se aprovechaba la ocasión para, buscando la ejemplaridad, leer los premios y castigos a la dotación. Al finalizar el acto, el comandante de la unidad solía pasar revista al buque o a las instalaciones. El acto de leyes penales es hoy menos frecuente y, cuando se realiza, tiene como propósito el fomento de valores como la disciplina y el espíritu de cuerpo, más que la instrucción. Sin embargo, se mantiene la tradición de la lectura de preceptos de las Reales Ordenanzas y del Código Penal Militar, que deben ser particularmente escogidos para que se ajusten a la ocasión [2].

Citas: [1] Ordenanzas generales de la armada naval. Madrid: Imprenta Real, 1793, pp. 47 y 48. [2] MINISTERIO DE DEFENSA. Ceremonial marítimo. Tradiciones, usos y costumbres de la Armada. Madrid: Ministerio de Defensa, 2021, pp. 40 y 41.

No hay comentarios:

Publicar un comentario