lunes, 24 de septiembre de 2018

El original Estatuto de Korčula de 1214

A comienzos del siglo XIII, una pequeña isla del Mar Adrático abolió con severidad la esclavitud; prohibió la importación de vino; dictó sorprendentes normas de urbanismo para reducir los efectos del viento y el sol y proporcionar a los ciudadanos unas viviendas confortables gracias a que las calles se diseñaron de acuerdo con la forma de la raspa de un pez; y logró que todos sus habitantes se involucraran en la resolución de cualquier delito al tener que colaborar con las autoridades para atrapar a los delincuentes. Hoy en día, la evolución histórica de Kórtchula (Kórchula, Korkula, Korčula o Curzola, según queramos transcribir su nombre al castellano) no se puede entender sin el instrumento jurídico que su gobierno local adoptó hace ya más de 800 años, aún bajo soberanía de Venecia. En su memoria, la angosta calle principal de la capital –la espina dorsal que discurre entre la puerta principal de las murallas y la plaza de san Marcos, pasando por la catedral– se denomina: Ulica Korčulanskog statuta 1214; es decir, calle del Estatuto de Korčula de 1214.


Los actuales korchulanos descienden de los ilírios que llegaron al litoral de Croacia durante el primer milenio a.C.; los griegos que la colonizaron en el siglo VI a.C. llamándola Corfú Negra [Korkyra Melaina], por su similitud con Corfú y su frondosa vegetación; los romanos que la incorporaron a su Imperio en el siglo III a.C.; y, con el cambio de era, sucesivamente, de los godos, bizantinos, croatas y venecianos.

En esa última época –que transcurrió entre los siglos X y XV– cuando Venecia era una de las dos grandes potencias de la región adriática, rivalizando con la cercana Ragusa (actual Dubrovnik), situada a menos de 50 millas, el Consejo General de la ciudad e isla de Korčula aprobó el texto en latín del denominado Statuta et leges civitatis et insulae Curzulae [en croata: Korčulanski statut] que reguló la administración insular y reforzó su autonomía local frente al poder del Dux, convirtiéndose en uno de los textos jurídicos más antiguos del mundo eslavo. Aquel pergamino original con el texto manuscrito fue revisado en 1265 y, posteriormente, lo fueron adaptando otras localidades próximas como Dubrovnik (en 1272), Brač (1305), Split (1312) o Trogir (1322).

El estatuto reguló los derechos y obligaciones de sus habitantes en esferas muy diversas de su vida (sanidad, comercio, seguridad, salud, agricultura, ganadería, viticultura, pesca, tributos, planificación urbana, relaciones familiares o el sutil papel de la Iglesia en el nombramiento de cargos políticos), la organización del autogobierno local y la cooperación con otras entidades, aplicando la ley y el orden; algo que no deja de ser excepcional en un tiempo marcado –en el resto de Europa– por los regímenes feudales.


El editor del blog, en la entrada de la muralla de Korčula

NB: como curiosidad, cuarenta años después de que se aprobara el Estatuto de Korčula, en esta misma ciudad –se dice– que nació Marco Polo. PD: esta ha sido la entrada número 1.600 del blog.

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