lunes, 9 de junio de 2025

El mazo de Islandia: «La sociedad debe construirse sobre la base de las leyes»

Los dos primeros secretarios generales de las Naciones Unidas fueron nórdicos: el noruego Trygve Lie (de febrero de 1946 hasta su dimisión en noviembre de 1952) -fue el encargado de poner la primera piedra de la sede de esta organización en Nueva York (EE.UU.) el 24 de octubre de 1949, junto al arquitecto Wallace K. Harrison- y el sueco Dag Hammarskjöld (desde abril de 1953 hasta su fallecimiento en un accidente de avión en septiembre de 1961) y la influencia escandinava de aquellos primeros años aún perdura en su diseño austero y de calidad minimalista; por ejemplo, como reconoce la propia ONU: Lie (…) incentivó a Noruega, Suecia y Dinamarca para que aportaran fondos y arquitectos para el diseño de las tres cámaras principales del edificio de las Naciones Unidas y se convirtieran en el punto de reunión de los tres órganos principales: el Consejo de Seguridad, el Consejo Económico y Social (ECOSOC) y el Consejo de Administración Fiduciaria.

En el salón del Consejo de Seguridad, Lie y el arquitecto Arnstein Arneberg convencieron a Noruega para que se convirtiera en el primer país en donar una sala. El objetivo de Arneberg era que la sala fuera representativa de la cultura noruega contemporánea y contuviera obras de artistas noruegos, como el pintor Per Krohg y la artista textil Else Poulsson. La pintura mural de Krohg representa los esfuerzos del hombre por salir de un oscuro pasado de guerra y esclavitud hacia una vida y un futuro mejores. Las cortinas y los textiles murales de Else Poulsson muestran los símbolos de las anclas (fe), el trigo (esperanza) y los corazones (caridad). Las puertas tienen incrustaciones metálicas de antorchas y espadas, antiguos símbolos de la guerra, que resaltan la responsabilidad del consejo de preservar la paz, investigar los conflictos y tomar medidas (*). El 4 de abril de 1952 se inauguró la primera reunión oficial del Consejo de Seguridad.


Siguiendo la estela noruega, el gobierno de Dinamarca encargó el diseño del Salón del Consejo de Administración Fiduciaria al arquitecto danés Finn Juhl como un conjunto, incluido el colorido techo, las cortinas, los paneles de las paredes, el alfombrado, las lámparas y las sillas. El salón tiene una distribución de asientos en forma de herradura, que es un enfoque igualitario para mostrar que todos los miembros están al mismo nivel (*). Y, por lo que respecta a la tercera sala, la cámara del Consejo Económico y Social (ECOSOC) fue un obsequio de Suecia diseñada en la década de 1950 por el arquitecto sueco Sven Markelius e incluyó los pisos de mármol, la alfombra, las paredes de madera ignífugas, las sillas de interior de Elias Svedberg y el techo diseñado a medida. El techo está diseñado para que parezca inacabado, dejando a la vista los conductos de ventilación, como recordatorio de que el trabajo de la ONU nunca está acabado (*).


Además de Suecia, Noruega y Dinamarca, en 1986, Finlandia obsequió a las Naciones Unidas un conjunto de muebles de salón del célebre arquitecto y diseñador finés Alvar Aalto; así como una escultura en homenaje a Jean Sibelius compuesta por tubos de acero inoxidable de formas libres y aireadas que se asemejan a un bosque de abedules (*).

Por último, Islandia regaló a la ONU un detalle muy especial: el mazo que emplea el presidente de la Asamblea General: Los martillos simbolizan la fuerza y el orden, y este mazo ornamentado tallado por Asmundur Sveinsson se inspira en los vikingos islandeses, que formaron lo que se cree que fue una de las primeras democracias del mundo en el siglo X de nuestra era [el Althingi]. El exrepresentante permanente de Islandia, Hjálmar W. Hannesson, explicó ante la ONU, que en este periodo de la historia (…) Uno de los líderes dijo entonces: «La sociedad debe construirse sobre la base de las leyes». Esta frase está inscrita ahora en el mazo. El mazo fue reemplazado en 2005 por una réplica realizada por la escultora islandesa Sigridur Kristjansdottir, quien lo talló en madera de peral para que fuera especialmente robusto y resistente. Islandia entregó este obsequio a las Naciones Unidas en 1952. Con su «bisabuelo» de los parlamentos modernos formado en el año 930, Islandia se enorgullecía de proporcionar el mazo al «parlamento del mundo»: la Asamblea General de las Naciones Unidas.


Cada año, el Presidente de la Asamblea General utiliza el martillo para declarar el comienzo y el final de las reuniones, la aprobación del orden del día, la elección de cargos y la adopción de resoluciones. A veces se emplea con fuerza para poner orden en la sala. Al final de la Asamblea General, el Presidente en ejercicio pasa ceremoniosamente el martillo al siguiente Presidente (*). En el argot onusiano se le conoce como «El mazo de Thor» pero no por la divinidad de la mitología nórdica sino porque el primer Representante Permanente de Islandia ante las Naciones Unidas y quien se lo entregó al presidente del órgano plenario de la ONU se llamaba Thor Thors.


Como curiosidad, el 13 de octubre de 1960, el irlandés Frederick Boland lo rompió al presidir la célebre asamblea del incidente del zapato cuando el líder ruso Nikita Jrushchov se descalzó para golpear con el calzado su estrado y el presidente tuvo que llamarlo al orden. El nuevo mazo que Islandia talló para sustituir al primero perduró hasta 2005 cuando, simplemente, desapareció y las autoridades de Reikiavik encargaron a Kristjansdottir el tercero que continúa en activo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario