viernes, 30 de mayo de 2025

Los «otros tratados» de la Unión Europea

Desde los años 50, el marco convencional que ha conformado a la actual Unión Europea se inició -como sabemos- con la firma del ya extinto Tratado constitutivo de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), hecho en París, 18 de abril de 1951 (en vigor: del 23 de julio de 1952 al 23 de julio de 2002, de acuerdo con su Art. 97); y, apenas seis años más tarde, continuó con el Tratado constitutivo de la Comunidad Económica Europea (CEE) -actual Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE)- y el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea de la Energía Atómica (EURATOM); ambos se adoptaron en Roma, el 25 de marzo de 1957 (en vigor: 1 de enero de 1958). En la siguiente década, después de los tres tratados constitutivos, el Tratado de fusión de los ejecutivos de las tres comunidades (CECA, CEE, Euratom) de 8 de abril de 1965, que entró en vigor el 1 de julio de 1967, estableció un único Consejo y una única Comisión para las tres Comunidades Europeas (fue derogado por el Art. 9 del «Tratado de Ámsterdam»).

Los siguientes grandes acuerdos llegaron a partir del Acta Única Europea (hecho en Luxemburgo el 17 de febrero de 1986 y La Haya el 28 de febrero de 1986 y vigente desde el 1 de julio de 1987); el Tratado de la Unión Europea (TUE o «Tratado de Maastricht»), aprobado en la capital de Limburgo (Países Bajos) el 7 de febrero de 1992 (en vigor: 1 de noviembre de 1993); el mencionado «Tratado de Ámsterdam» de 2 de octubre de 1997 (vigente desde el 1 de mayo de 1999); el «Tratado de Niza» de 26 de febrero de 2001 (en vigor el 1 de febrero de 2003); y el «Tratado de Lisboa», de 13 de diciembre de 2007 (con efectos el 1 de diciembre de 2009). En general, todos ellos, vinieron a modificar tanto los tratados constitutivos como el TUE (de ahí las flechas en este gráfico).


Al mismo tiempo, conforme avanzaba la integración de nuevos miembros se firmaron siete tratados de adhesión: con Dinamarca, Irlanda y el Reino Unido (1972); Grecia (1979); Portugal y España (1985); Austria, Finlandia y Suecia (1994); Chequia, Estonia, Letonia, Lituania, Hungría, Chipre, Malta, Polonia, Eslovenia y Eslovaquia (2003) por el denominado «Tratado de Atenas» de 16 de abril de 2003; Bulgaria y Rumanía (2005) y Croacia (2012); y dos de retirada: Groenlandia (1984) y Reino Unido (2020).

Por último, entre los tratados vigentes -acuerdos vinculantes entre los países miembros [que] establecen los objetivos de la UE, las normas de las instituciones europeas, la manera en que se toman las decisiones y la relación entre la Unión y sus miembros (*)- también debemos mencionar la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea proclamada el 7 de diciembre de 2000 pero que se convirtió en jurídicamente vinculante con la entrada en vigor del «Tratado de Lisboa»; hoy en día tiene la misma validez jurídica que el TUE y el TFUE («los Tratados»).

Junto a todos ellos también podemos encontrar otros acuerdos menos conocidos que, en su momento, tuvieron un carácter más procedimental que normativo:

1) Con la firma de los once artículos del Tratado que modifica determinadas disposiciones presupuestarias Tratado de Luxemburgo» de 22 de abril de 1970 (en vigor: 1 de enero de 1971)] establecidas en los Tratados anteriores (CECA, CEE y Euratom), se incrementaron los poderes presupuestarios de la Asamblea [actual Parlamento Europeo] y se sustituyeron las aportaciones financieras de los Estados miembros por los «recursos propios».

2) Asimismo, hubo un breve Tratado por el que se modifican determinadas disposiciones del Protocolo sobre los Estatutos del Banco Europeo de Inversiones (Bruselas, 10 de julio de 1975).

3) Y, pocos días después, un Tratado que modifica determinadas disposiciones financierasTratado de Bruselas de 22 de julio de 1975»] que dio nueva redacción a esos aspectos de los tratados constitutivos de las Comunidades.

Para concluir, por el camino, en la papelera se quedó el ambicioso Tratado por el que se establece una Constitución para Europa [«Tratado Constitucional»] que se firmó en Roma el 29 de octubre de 2004, cuando los -por entonces- 25 Estados miembro de la Unión Europea firmaron la que iba a haber sido la primera Constitución Europea que habría entrado en vigor en 2007; pero fue rechazado por Francia (29 de mayo de 2005) y los Países Bajos (1 de junio de 2005) en dos referendos y, como consecuencia, nunca se pudo concluir el procedimiento de ratificación del Tratado.

Asimismo, también fracasaron el Tratado de la Comunidad Europea de Defensa (CED) que se firmó en París, el 27 de mayo de 1952; y la Comunidad Política Europea (CPE).

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