viernes, 2 de marzo de 2018

El voto exterior (II): los precedentes internacionales

Si hace unos días comentábamos que, en España, el primer debate sobre el voto de los españoles residentes en el extranjero surgió en 1905 y que su primer ensayo se llevó a cabo en el plebiscito que convocó el general Primo de Rivera, en 1926; en el resto del mundo, según el consultor Andrew Ellis, parece que la primera aplicación del voto en el extranjero la impulsó el emperador romano Augusto. Se dice que él inventó una nueva forma de sufragio bajo la cual los miembros del Senado local de las 28 colonias recién establecidas estaban facultados para votar por los candidatos a cargos públicos en la ciudad de Roma, para lo cual enviaban sus votos sellados a la ciudad, indudablemente, un acto impulsado por motivos políticos más que democráticos. En épocas más recientes, la primera experiencia conocida de voto en el extranjero se llevó a cabo en 1862, cuando Wisconsin se convirtió en el primero de los estados de la Unión Americana que aprobó disposiciones para permitir el denominado “voto ausente” de los soldados que peleaban en el ejército de la Unión durante la Guerra Civil (en los Estados Unidos el derecho al voto se determina a nivel estatal) [1].

En el prólogo del Manual IDEA Internacional [2] sobre voto en el extranjero [Voting from Abroad], publicado en 2007, Pasquale Lupoli, director del Departamento de Apoyo Operativo de la Organización Internacional para las Migraciones, se refiere también a ese mismo ejemplo: Casi 150 años después de que el estado de Wisconsin en Estados Unidos aprobara la primera ley que permitía el voto “fuera de la patria”, al brindar a los soldados que peleaban en la guerra civil estadounidense la posibilidad de votar, son muchas las democracias que ofrecen esa opción a sus nacionales que residen en otros países. Ambas referencias despertaron mi curiosidad por saber más sobre aquella pionera norma del Medio-Oeste de los EE.UU.

En 1944, el nº 28 de la revista The Wisconsin Magazine of History publicó un interesante artículo del historiador y especialista en la época de la Guerra de Secesión estadounidense, Frank Klement, con el elocuente título de: The Soldier Vote in Wisconsin during the Civil War.

Capitolio de Wisconsin, en Madison
Klement señala que, a mediados de 1862, el Partido Republicano de Wisconsin tuvo miedo de perder las siguientes elecciones por culpa de la mala situación que atravesaba el denominado “Estado del Tejón” [Badger State], en pleno conflicto armado, con el colapso del sistema bancario y el incremento del coste de la vida. En ese contexto, Horace Rublee –editor del Wisconsin State Journal de Madison, su capital, y presidente del Republican Central Committee– logró convencer al Gobernador Edward Salomon para poner en marcha un proyecto con el que salvarían al partido si lograban que los soldados que estuvieran en el frente pudieran votar. Salomon convocó una sesión extraordinaria en el Capitolio, el 10 de septiembre de 1862 y, a falta de argumentos constitucionales, más allá de que la ley fundamental del Estado no prohibía expresamente su plan, apeló a los sentimientos de los congresistas para defender la propuesta de que aquellos hombres estaban dando la vida por su país y que su patriotismo tenía que verse recompensado con uno de los derechos más importantes de los ciudadanos, el sufragio, pudiendo votar en el frente ante tres oficiales comisionados en cada regimiento para supervisar el proceso. Situación que alarmó al Partido Demócrata ante la posibilidad de que se pudieran producir fraudes; asimismo, esta formación criticó el “egoísmo” de los Republicanos al plantear este “galimatías” con el único fin de mantenerse en el poder.

Para evitar ese carácter partidista, el proyecto de ley contó con el apoyo del Fiscal General del Estado, James H. Howe, y finalmente la Soldiers´ Vote Bill se convirtió en Ley el 25 de septiembre de 1862 y, enmendada al año siguiente, superó el control del Tribunal Supremo estatal en enero de 1863.

Fuera de Estados Unidos y de aquel contexto bélico, Nueva Zelandia [sic] introdujo el voto en el extranjero para los marineros en 1890 y Australia en 1902, aunque para esta última los procedimientos hacían prácticamente imposible su aplicación fuera de Australia [2].

Citas: [1] ELLIS, A. “Historia y política del voto en el extranjero”, en Manual IDEA Internacional sobre voto en el extranjero (*). [2] Prólogo del mencionado manual.

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