Para reconocer la magnitud de la violencia urbana, por quinto año consecutivo, la organización civil mexicana Seguridad, Justicia y Paz ha publicado su informe sobre las 50 ciudades con más de 300.000 habitantes que, en 2012, tuvieron la tasa de homicidios más elevada de todo el planeta. El objetivo que persigue este polémico ránking es llamar la atención sobre el crecimiento de la violencia en las urbes, particularmente en México y en América Latina, para que los gobernantes se vean presionados a cumplir con su deber de proteger a los gobernados, de garantizar su derecho a la seguridad pública. El listado lo encabeza San Pedro Sula (Honduras) con una tasa de 169,30 homicidios dolosos por cada 100.000 habitantes; seguida de Acapulco (México), Caracas (Venezuela), Distrito Central (Honduras), Torreón (México), Maceió (Brasil), Cali (Colombia), Nuevo Laredo (México), Barquisimeto (Venezuela) y João Pessoa (Brasil). Cierra el listado de las cincuenta ciudades más violentas, Barranquilla (Colombia) con una tasa de 29,41.
Como cualquier magnitud, estos datos se comprenden mejor si tenemos en cuenta otra estadística con la que poder compararlos. Según las cifras del Eurostat -que se publicaron en 2011 y corresponden al bienio 2008-2009- la capital de un Estado miembro de la Unión Europea con la peor tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes era Vilna (Lituania) con un 8,28; es decir, veinte veces menos que aquella ciudad hondureña. A continuación, los índices de otras ciudades del Viejo Continente revelan que las tasas de criminalidad del Norte de Europa son más elevadas que las del Sur mediterráneo: Bruselas (3,20), Ámsterdam (3,14), Praga (3,06), Dublín (2,26), Londres (2,17), París (1,49), Berlín (1,31), Madrid (1,30), Roma (1,20), Atenas (1,11) y Lisboa (0,64).
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