En anteriores in albis ya hemos tenido ocasión de referirnos a diversas organizaciones internacionales del ámbito financiero y económico –como el Grupo del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la OCDE o el World Economic Forum [Foro de Davos]– sin embargo, la más antigua de todas ellas es, paradójicamente, la menos conocida: el Banco de Pagos Internacionales [Bank for International Settlements (BIS)] que se fundó en Basilea (Suiza), el 17 de mayo de 1930. Su origen se remonta a la Conferencia de La Haya que se celebró a comienzos de aquel año, el 20 de enero de 1930, para canalizar el pago de las reparaciones de guerra alemanas derivadas del Tratado de Versalles de 1919. En aquella ciudad de los Países Bajos se reunieron los representantes de los gobiernos de Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, por una parte; con la Confederación Helvética, por otra, para adoptar los tres instrumentos jurídicos fundacionales de este Banco: la Convención [Convention respecting the Bank for International Settlements], su Acta Constitutiva [BIS Constituent Charter] y los Estatutos del Banco [BIS Statutes] que fueron enmendados, por última vez, el 27 de junio de 2005.
Desde los años 30, la normativa básica del Banco de Pagos Internacionales se fue ampliando con la firma de otros cuatro tratados: por un lado, el Protocolo de Bruselas sobre las inmunidades del Banco, de 30 de julio de 1936; y, por otro, los acuerdos de sede suscritos para establecer sus oficinas centrales en la ciudad suiza de Basilea (Headquarters Agreement, de 1987) y las delegaciones del BIS en Asia-Pacífico (Hong Kong, de 1998) y las Américas (México DF, de 2002).
Hoy en día, forman parte de esta organización 60 bancos centrales de naciones que representan el 95% del PIB mundial. Según el Banco de España, el BIS define la gestión de la continuidad operativa como un enfoque global que incluye políticas, estándares y procedimientos para asegurar que, en caso de interrupción, determinadas operaciones puedan ser mantenidas o recuperadas en un tiempo prudencial; con el fin de minimizar las consecuencias operacionales, financieras, legales, de reputación o de cualquier otro tipo que surjan como consecuencia de una interrupción.
Sede del BIS en Basilea (Suiza) |
Junto a esas operaciones financieras, el BIS también cumple con las siguientes funciones: a) Foro para fomentar la cooperación monetaria y financiera entre bancos centrales y en la comunidad financiera internacional; b) Centro de investigación económica y monetaria, dotado también de funciones estadísticas; c) Entidad contraparte en las transacciones financieras de los bancos centrales y de organizaciones internacionales; y d) Agente depositario de garantías para operaciones financieras internacionales, sin perjuicio de otorgar financiamiento adicional al sistema monetario internacional. Es decir, nos encontramos ante una organización que fomenta la cooperación monetaria y financiera internacional y que podría calificarse como “el banco de los bancos centrales”.
Con 86 años de existencia, el Banco de Pagos Internacionales estuvo a punto de desaparecer durante la II Guerra Mundial, cuando el Gobierno de Noruega lo acusó, en 1944, de haber servido de refugio para que los nazis expoliaran a los países ocupados.
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