El Real Decreto 96/2009, de 6 de febrero, aprobó las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas, derogando las anteriores que se habían adoptado al inicio de la etapa constituyente mediante la Ley 85/1978, de 28 de diciembre. En su didáctico preámbulo, la nueva normativa recordó que: Históricamente se denominaba «ordenanzas» a un conjunto de normas que sistematizaban el régimen de los militares en sus variados aspectos. Singular importancia tuvo la promulgación de las que sirvieron de guía para la vida y funcionamiento del Ejército y la Armada durante más de dos siglos. Para la Armada, las Ordenanzas de 1748 de Fernando VI que establecían el gobierno militar, político y económico de su Armada Naval y las Ordenanzas sobre la gobernación militar y marinera de la Armada promulgadas por Carlos IV en 1793. En el Ejército, las dictadas por Carlos III en 1768 para el régimen, disciplina, subordinación y servicio de sus Ejércitos, de aplicación desde 1769 también a la Armada en lo que fuesen compatibles con las suyas propias. Los artículos de estas ordenanzas que seguían vigentes también fueron adoptados por el Ejército del Aire desde su creación
Las ordenanzas, además de regular aspectos de muy diversa índole, plasmaban principios éticos que debían presidir el comportamiento de los militares y algunas de ellas perduraron en el tiempo como acervo común de los militares españoles y elemento esencial en la formación de su espíritu militar y manera de actuar en la vida cotidiana y en el combate. La gran mayoría, no obstante, fueron sustituidas por otro tipo de disposiciones o cayeron en desuso (…).
Hoy en día, los 129 artículos de estas Reales Ordenanzas conforman un código deontológico, compendio de los principios éticos y reglas de comportamiento del militar español cumplimentando lo dispuesto en el Art. 20.2 de la Ley Orgánica 5/2005, de 17 de noviembre, de la Defensa Nacional, y en el Art. 4.3 de la Ley 39/2007, de 19 de noviembre, de la carrera militar.
De acuerdo con su Art. 1: este código de conducta de los militares define los principios éticos y las reglas de comportamiento de acuerdo con la Constitución y el resto del ordenamiento jurídico. De modo que las Reales ordenanzas deben servir de guía a todos los militares para fomentar y exigir el exacto cumplimiento del deber; y se aplican a todos los militares profesionales de las Fuerzas Armadas, a los alumnos de la enseñanza militar de formación y, dada su naturaleza militar y la condición militar de sus miembros, a todos los miembros de la Guardia Civil, excepto cuando contradigan o se opongan a lo previsto en su legislación específica (Art. 2).
Las ordenanzas, además de regular aspectos de muy diversa índole, plasmaban principios éticos que debían presidir el comportamiento de los militares y algunas de ellas perduraron en el tiempo como acervo común de los militares españoles y elemento esencial en la formación de su espíritu militar y manera de actuar en la vida cotidiana y en el combate. La gran mayoría, no obstante, fueron sustituidas por otro tipo de disposiciones o cayeron en desuso (…).
Hoy en día, los 129 artículos de estas Reales Ordenanzas conforman un código deontológico, compendio de los principios éticos y reglas de comportamiento del militar español cumplimentando lo dispuesto en el Art. 20.2 de la Ley Orgánica 5/2005, de 17 de noviembre, de la Defensa Nacional, y en el Art. 4.3 de la Ley 39/2007, de 19 de noviembre, de la carrera militar.
De acuerdo con su Art. 1: este código de conducta de los militares define los principios éticos y las reglas de comportamiento de acuerdo con la Constitución y el resto del ordenamiento jurídico. De modo que las Reales ordenanzas deben servir de guía a todos los militares para fomentar y exigir el exacto cumplimiento del deber; y se aplican a todos los militares profesionales de las Fuerzas Armadas, a los alumnos de la enseñanza militar de formación y, dada su naturaleza militar y la condición militar de sus miembros, a todos los miembros de la Guardia Civil, excepto cuando contradigan o se opongan a lo previsto en su legislación específica (Art. 2).
Pinacografía: Augusto Ferrer-Dalmau | Un guardia civil destinado en Afganistán (2013) y La patrulla (2014).
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