viernes, 22 de marzo de 2024

¿Qué fue la Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia Oriental (GEA)?

Como ya tuvimos ocasión de comentar en una entrada anterior de este blog, el origen de la emancipación asiática suele situarse en la guerra ruso-japonesa (1904-1905) que concluyó con el triunfo nipón y la firma del Tratado de Portsmouth (Estados Unidos) el 5 de septiembre de 1905. En el Lejano Oriente, este acuerdo de paz y amistad –suscrito por las delegaciones del Zar de Rusia y el Emperador del Japón– se interpretó como un punto de inflexión al comprender que el ejército japonés había sido capaz de derrotar a un imperio europeo (para la mentalidad japonesa, aunque el territorio ruso se extendía por todo el Norte de Asia, su capital, Moscú, se encontraba en el Viejo Continente y esa circunstancia lo convertía en parte de la civilización occidental). A partir de ese momento, intelectuales y políticos de China, Japón y, en menor medida, la India, comenzaron a formular diversas iniciativas panasiáticas, siguiendo la estela de la doctrina Monroe pero adaptada bajo la premisa de Asia para los asiáticos [Asia for Asiatics]; es decir, deseaban mantener el continente al margen de las injerencias tanto europeas como americanas. Aun así, no debemos olvidar que, a comienzos del siglo XX, aquellas relaciones interasiáticas se limitaban al ámbito de Extremo Oriente y que tampoco llegaron a plantearse en un plano de igualdad internacional sino bajo la hegemonía de las autoridades de Tokio y su nuevo orden: la Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia Oriental [The Greater East Asia Co-Prosperity Sphere (GEA)] que extendió su influencia desde la isla rusa de Sajalín hasta Indonesia, pasando por Corea, Manchuria, la costa de China. Tailandia, Indochina, Filipinas e incluso el Indostán, apoyando al Gobierno provisional para una India libre; lo que le brindó los beneficios del poder y le granjeó la odiosidad y desconfianza de los países subordinados [1].


Debemos tener en cuenta, como señalaron el periodista Antoine Sfeir y el historiador Pierre Vallaud que: (…) La primera guerra mundial ha permitido a Japón adquirir en la región un considerable peso económico y político. Una vez terminada la guerra, (…) reafirman su presencia en Extremo Oriente con más fuerza aún, en particular a costa de la China continental. (…) La crisis económica mundial de 1929 acaba por empujar a Japón por la vía del militarismo. A partir de 1931 los militares toman las decisiones fundamentales. La afirmación de este militarismo se concreta en la conquista de Manchuria y la instauración de un Estado títere: Manchukuo. En 1937 empieza la guerra chino-japonesa, expresión -tras la guerra contra el Imperio ruso y antes de Pearl Harbor- de la voluntad de Japón de promover su desarrollo económico basándose en un mercado asiático y de excluir a los occidentales de una región que considera su espacio natural y su área de influencia [2].

En ese contexto, la Esfera de la GEA se basó en el concepto del kyōson-kyōei; un ideal que propuganaba lograr la autosuficiencia del área de influencia japonesa, liberándose de la represión impuesta por la raza blanca y formando un territorio donde sus naciones y pueblos alcanzaran la coexistencia y la prosperidad mutua, todo ello bajo los auspicios de Japón; de hecho, según el profesor Bill Swan, para muchos japoneses, en especial los de opinión conservadora, los ideales de la Esfera de Coprosperidad tienen mucha verdad. Para estas personas, Japón libró la guerra en gran parte para liberar a los asiáticos del dominio colonial blanco, y si Japón hubiera ganado la guerra podría haber implementado los otros ideales de coexistencia y coprosperidad. En lugar de ello, fueron víctimas de las exigencias de la guerra y Japón acabó siendo incapaz de demostrar sus verdaderas intenciones para el Este de Asia bajo su nuevo orden [3].


Como tal, el concepto de la Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia Oriental lo acuñó el Ministro de Asuntos Exteriores japonés, el diplomático Hachirō Arita (1884-1965), durante un mensaje radiofónico emitido el 29 de junio de 1940; aunque, realmente, se trató de una reformulación de la anterior política del Nuevo Orden de Asia Oriental anunciada oficialmente por el Príncipe Fumimaro Konoe (1891-1945) el 3 de noviembre de 1938, en aquel momento, Primer Ministro del Imperio. Arita la adaptó teniendo en cuenta la evolución de la II Guerra Mundial en Europa y sus consecuencias en las colonias francesas y holandesas situadas en Extremo Oriente. Esa misma década, la política regional de la GEA fue adornada por el enérgico Yasuke Matsuoka (1880-1946), que lo sucedió al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores [4]. Su propuesta acabó reflejándose en la convocatoria de la Conferencia de la Gran Asia Oriental [«Conferencia de Tokio»] que se celebró del 5 al 6 de noviembre de 1943 con asistencia de los gobiernos ocupados o meros títeres del Imperio Nipón.


Dos años más tarde, sin embargo, Japón estaba derrotado, los bombardeos aéreos se hacían cada vez más devastadores y el emperador no quería capitular sin obtener previamente garantías para el mantenimiento de su dinastía. (…) Las bombas [atómicas] cayeron sobre Hiroshima el 6 de agosto y sobre Nagasaki el 9 [5]. La rendición de Hiro Hito (1901-1989), proclamada el 15 de agosto de 1945, puso fin a la supremacía antes planteada. De ahí en adelante Japón perdió su cualidad bélica, transformándose en un país cuya política exterior se basaba en el dominio militar del Ejército Imperial a un país cuya política exterior se centró en el desarrollo económico (establecida por la Doctrina Yoshida) [1]. Hoy en día, los intereses del país giran en la esfera del mundo occidental.

NB: en cierto modo, la propuesta de autosuficiencia japonesa recuerda el periodo del «Sakoku» o aislamiento del país, cuando las autoridades de Edo (actual Tokio) expulsaron a todos los extranjeros y prohibieron a los japoneses salir del Imperio del Sol Naciente. Una larga etapa que se extendió más de dos siglos desde la adopción del Edicto de Cierre del País en 1635 hasta 1854, cuando se firmó con Estados Unidos el Tratado de Kanagawa que abrió los puertos japoneses al comercio internacional (por parte española, ambos países firmaron un Tratado de Amistad, Comercio y Navegación, el 12 de noviembre de 1868).

Citas: [1] TORO IBACACHE, L. La Política Exterior de Seguridad Japonesa. Santiago de Chile: Ariadna Ediciones, 2019, p. 14. [2] SFEIR, A. & VALLAUD, P. Atlas de las guerras del siglo XX. Barcelona: Parramón, 1992, p. 30. [3] SWAN, W. L. “Japan's Intentions for Its Greater East Asia Co-Prosperity Sphere as Indicated in Its Policy Plans for Thailand”. En: Journal of Southeast Asian Studies, 1996, vol. 27, nº 1, p. 139. [4] COLEGROVE, K. “The New Order in East Asia”. En: The Far Eastern Quarterly, 1941, vol. 1, nº 1, p. 5. [5] DE LAUNAY, J. La diplomacia secreta durante las dos guerras mundiales. Barcelona: Belacqua, 2005, pp. 252 a 254.

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