El profesor Peña Galindo y el analista Frasson-Quenoz explican un ejemplo histórico donde se aplicó esa táctica: (…) Desde el nacimiento de los estados sudamericanos como países independientes, Brasil se ha diferenciado de sus pares regionales. El legado portugués en la hoy potencia sudamericana marcó los principales aspectos diferenciadores. Además, debido a su relación con el Estado conquistador, vivió procesos emancipadores alejados de los que se vivieron en el resto de América del Sur, porque fue el único Estado en la región en lograr su independencia de manera pacífica en 1822. En concordancia con las raíces históricas, durante gran parte del siglo XX Brasil no tuvo mayores acercamientos con los Estados de su región. Sus relaciones estaban primordialmente guiadas hacia Europa y Estados Unidos como una táctica de bandwagoning (seguidismo) frente a los Estados más desarrollados, aunque esporádicamente se dirigía al Cono Sur. Un ejemplo de su conexión con el resto del planeta –a costa de la propia región– se puede evidenciar en el hecho de que fue el único país sudamericano con participación directa en la Segunda Guerra Mundial (…). Y añaden que la finalidad de esta táctica [el bandwagoning] es evitar convertirse en el enemigo de un Estado más poderoso y así evitar ser destruido. (…) el Estado débil es llevado a ceder ante las peticiones del poderoso. El investigador estadounidense [John Mearsheimer] aclara que tal táctica no es recomendada porque concede poder y eso, en el sistema internacional y frente al objetivo de volverse potencia, resulta siendo contraproducente [1].
¿De dónde procede este concepto? Suele aceptarse el malentendido de que el politólogo estadounidense Kenneth Waltz atribuyó la paternidad del “bandwagoning” (subirse al tren) al profesor del MIT Stephen van Evera quien habría sugerido este término en contraposición al “equilibrio de poder” del propio Waltz, definiéndolo como el fenómeno que se presenta en el momento en que hay un Estado declarado netamente superior y los demás comienzan a aliarse con éste [2]. Otros autores, como el investigador Gonzálvez Vallés, denominan así a la estrategia de un Estado más débil [que] se subiría al carro del poderoso para intentar sobrevivir y obtener algunos de los despojos que deje el vencedor; es decir, Estados débiles que se verían forzados a esta postura porque una alianza para equilibrar no sería viable [3].
Aunque Waltz y van Evera han contribuido a divulgar la estrategia del seguidismo en la segunda mitad del siglo XX, el término, en realidad, lo acuñó unos años antes el politólogo estadounidense Quincy Wright (1890-1970) en su obra A Study of War (1942); tal y como ha investigado el profesor Randall L. Schweller [4]; pero Wright, a su vez, se inspiró en el eslogan publicitario “jump on the bandwagon" que el presidente de los Estados Unidos Zachary Taylor empleó durante su campaña política, en 1848, cuando, literalmente, el payaso Dan Rice lo animó a subirse en su vagón del circo [5].
Citas: [1] PEÑA GALINDO, A. A. & QUENOZ-FRASSON, F. Brasil: ¿hegemonía a pesar de todo? Bogota: Universidad Externado de Colombia, 2016, pp. 13 y 14. [2] SCHIAVON URIEGAS, J. A.; LÓPEZ-VALLEJO, M.; ORTEGA RAMÍREZ, A. S. & VELÁZQUEZ FLORES, R. Teoría de las Relaciones Internacionales en el siglo XXI: Interpretaciones críticas desde México y América Latina. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Colegio de San Luis, Universidad Autónoma de Baja California, Universidad Autónoma de Nuevo León, Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, 2014. [3] GONZÁLVEZ VALLÉS, J. “Opciones estratégicas de Rusia desde la óptica del neorrealismo ofensivo”. En: RESI. Revista de Estudios en Seguridad Internacional, 2021, vol. 7, nº 2, p. 6. [4] SCHWELLER, R. L. “New Realist Research on Alliances: Refining, Not Refuting, Waltz's Balancing Proposition”. En: The American Political Science Review, 1997, vol. 91, nº 4, p. 928. [5] CHAFFIN, C. R. & KLONTZ, B. Psychology of Financial Planning. The Practitioner's Guide to Money and Behavior. Nueva Jersey: Wiley, 2022, p. 21.
PD: como curiosidad, además de las relaciones internacionales, existen otras acepciones similares del término “bandwagoning” que se aplican en ámbitos tan diversos como el Marketing, la Psicología o la Criminología; por ejemplo, en este caso, para referirse a la técnica que emplean algunas personas arrastradas por la personalidad de un delincuente al que idolatran; lo que puede acarrear que terminen siendo cómplices de sus conductas delictivas o que asuman responsabilidades penales por el otro sin ser los verdaderos culpables (pensemos en el personaje de Milhouse van Houten en Los Simpson con respecto a Bart).
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