Los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Africana se reunieron en Adís Abeba (Etiopía), el 26 de mayo de 2013, para conmemorar el 50º aniversario del inicio de su proceso integrador, evocando el 25 de mayo de 1963 cuando allí mismo se estableció la extinta Organización para la Unidad Africana (OUA). Superada ya la fase de descolonización, la ocasión era propicia para mirar hacia el futuro y plantearse cómo debía guiarse el desarrollo de África en los próximos cincuenta años, de modo que los líderes africanos aprobaron una Declaración Solemne que concluyó con un compromiso político: articular los ideales y objetivos antes mencionados [en referencia a diversos valores como la paz, la seguridad, la gobernanza democrática, la integración continental o la autodeterminación de su destino] en el contexto del desarrollo de la Agenda Continental 2063, a través de un proceso impulsado por las personas para la realización de nuestra visión de una África integrada, centrada en las personas, próspera y en paz consigo misma. Ese fue el origen de la «Agenda 2063: La África que queremos». Un marco de actuación que se materializó el 31 de enero de 2015 durante la 24ª Asamblea Ordinaria de la Unión Africana que, de nuevo, se celebró en su sede de la capital etíope.
¿Cuáles son las siete aspiraciones que esa África integrada, próspera y pacífica, impulsada por sus propios ciudadanos y capaz de representar una fuerza dinámica en el ámbito internacional desea alcanzar de cara al año 2063?
- Una África próspera basada en el crecimiento inclusivo y el desarrollo sostenible.
- Un continente integrado, políticamente unido, basado en los ideales del Panafricanismo y la visión del Renacimiento de África.
- Una África de buen gobierno, democracia, respeto por los derechos humanos, justicia y el estado de derecho.
- Una África pacífica y segura.
- Una África con una fuerte identidad cultural, patrimonio común, valores y ética.
- Una África, cuyo desarrollo sea impulsado por las personas, basándose en el potencial de los pueblos africanos, especialmente sus mujeres y jóvenes, y el cuidado de los niños.
- África como un actor global sólido, unido, resiliente e influyente.
Como visión estratégica -al igual que sucede con la Agenda 2030 onusiana- el documento africano también incluye, en cada una de esas siete aspiraciones, una serie de metas y de áreas prioritarias; por ejemplo: el desarrollo sostenible se conseguirá cuando todos los ciudadanos disfruten de un alto nivel de vida, con calidad y bienestar y, para lograrlo, habrá que luchar contra la pobreza y el hambre, mejorar los servicios básicos y lograr que los puestos de trabajo sean dignos.
Asimismo, la Agenda 2063 se mostró ambiciosa y propuso que, para esa fecha de mediados del siglo XXI, África hubiera desarrollado algunos proyectos -muy diversos- que autodenominó sus buques insignias: desde integrar una red de trenes de alta velocidad que facilite el movimiento de personas, bienes y servicios; hasta fundar una universidad on line, disponer de un pasaporte común, contar con un mercado único en 2017 [sic], silenciar las armas y poner fin a todos los conflictos armados en 2020 [sic], construir la Gran Presa de Inga (en el Congo) e incluso tener una voz propia en los asuntos espaciales con una estrategia para el espacio exterior que permita el acceso a las tecnologías por satélite.
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