viernes, 22 de septiembre de 2023

¿Cuál fue el primer Tratado Bilateral de Inversión que se firmó?

Aunque la Comisión Europea llevaba mucho tiempo pidiendo a los Estados miembros de la Unión Europea que pusieran fin a los cerca de doscientos tratados bilaterales de inversión (TBI) firmados entre ellos, en referencia a aquellos acuerdos que establecen las condiciones de inversión privada de los nacionales y las empresas de un Estado en otro; en 2015, el ejecutivo comunitario decidió tomar medidas al respecto y envió cartas de emplazamiento -primera fase de los procedimientos de infracción de conformidad con el Art. 258 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE)- a cinco países (Austria, Eslovaquia, Países Bajos, Rumanía y Suecia) para que los concluyeran ya, siguiendo el ejemplo de Italia o Irlanda. Las autoridades de Bruselas consideraban que aquellos TBI intraUE -que, en su mayor parte, se firmaron a finales de los años 80 y durante la siguiente década de los 90 con naciones candidatas de la Europa del Este- estaban desfasados y resultaban incompatibles con el mercado único al conferir derechos sobre una base bilateral únicamente a los inversores de algunos Estados miembros: según jurisprudencia reiterada del Tribunal de Justicia, tal discriminación basada en la nacionalidad es incompatible con la legislación de la UE (*).


Hablando en plata, dos países -A y B- deciden firmar un TBI [Tratado Bilateral de Inversión (apropiación directa del inglés: Bilateral Investment Treaty (BIT)] para proteger a los inversores privados de A (ya sean personas físicas o jurídicas) que deciden emplear su patrimonio en el otro Estado signatario del acuerdo de modo que B les brinda garantías de protección y seguridad para fomentar la llegada de divisas extranjeras a su economía. Así se establece un marco jurídico internacional que abre la posibilidad de que, en caso de conflicto -imaginemos que B expropia un yacimiento propiedad de una empresa con sede social en A- el perjudicado pueda denunciar a esa nación o llevar el litigio ante un tribunal de arbitraje internacional (por regla general, el CIADI del Grupo del Banco Mundial).

Finalmente, cinco años más tarde se aprobó el Acuerdo para la terminación de los tratados bilaterales de inversión entre Estados miembros de la Unión Europea, hecho en Bruselas el 5 de mayo de 2020. Su Art. 1 define un «Tratado Bilateral de Inversión» como cualquier tratado de inversión enumerado en los anexos A [Lista de los Tratados Bilaterales de Inversión que se terminan en virtud del presente acuerdo (por ejemplo, el Acuerdo entre España y Rumanía para la promoción y protección recíproca de inversiones] o B [Lista de los Tratados Bilaterales de Inversión ya terminados con una Cláusula de Remanencia (toda disposición de un Tratado Bilateral de Inversión que extiende la protección de las inversiones realizadas antes de la fecha de terminación de dicho Tratado por un período de tiempo adicional) que puede surtir efecto (p. ej.: Acuerdo entre el Reino de España y la República de Polonia para la protección y fomento recíprocos de las inversiones].


En este contexto, después de definirlos y ver su situación en Europa, respondemos a la pregunta que nos formulamos al inicio: ¿Cuál fue el primer Tratado Bilateral de Inversión que se firmó? La doctrina- tanto científica como administrativa- suele coincidir en atribuirle ese honor al TBI suscrito entre la República Federal de Alemania y Pakistán [Investitionsschutzabkommen zwischen Deutschland und Pakistanel 25 de noviembre de 1959 (en vigor desde el 29 de abril de 1962). Así lo recuerda, por ejemplo, el Sistema de Información sobre Comercio Exterior (SICE) de la Organización de Estados Americanos (OEA) que, además, añade: Durante las décadas siguientes, un creciente número de países europeos suscribieron este tipo de tratados con países en desarrollo. Desde los 1980s, varios países en las Américas han suscrito TBI con otros países de la región. Tradicionalmente, los TBI han establecido estándares para la promoción y protección legal de las inversiones y los inversionistas extranjeros. Algunos acuerdos recientes también incluyen la libre entrada de las inversiones y los inversionistas como elemento del tratado (*).

En América, el primer TBI suscrito en la región fue el firmado por Estados Unidos y Panamá en 1982. De hecho, en los años ochenta, sólo Estados Unidos se mostró activo en la celebración de tratados bilaterales de inversión con otros países de la región. Además de su tratado con Panamá, Estados Unidos firmó uno con Haití en 1983 y otro con Grenada [Granada] en 1986 (*).

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