Una de las declaraciones internacionales más singulares que se ha realizado hasta el momento tuvo lugar en La Haya (Países Bajos), el 27 de abril de 2004, cuando –por primera vez en la Historia– los embajadores y ministros de asuntos exteriores de los 197 estados y territorios de La Tierra que, en aquel momento habían sido reconocidos por la ONU, inauguraron el World Peace Flame Pathway [Sendero de la Llama Mundial de la Paz] junto a la entrada del Palacio de la Paz, sede de la Corte Permanente de Arbitraje y de la Corte Internacional de Justicia. Se trata de un sencillo camino que rodea, por tres laterales, el pebetero donde arde aquel fuego que se encendió el 31 de julio de 1999. La originalidad de esta propuesta radica en que el sendero se realizó con las 197 piedras que aportaron cada uno de los representantes nacionales, llevándolas desde sus respectivos lugares de origen –la roca española procedía de las canteras de Villamayor (Salamanca)– para simbolizar la esperanza y su compromiso por lograr un mundo mejor. Durante la inauguración, los embajadores suscribieron la Declaración por la Paz en la que afirmaron que todos los seres humanos tienen derecho a la Paz y la Justicia y que aquel camino de piedras debía servir para inspirar una unión internacional basada en los principios de la paz, la solidaridad y la amistad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario