viernes, 21 de diciembre de 2018

El patrimonio cultural inmaterial [y jurídico] de la UNESCO

El 20 de abril de 2006 entró en vigor la Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial que la UNESCO adoptó el 3 de noviembre de 2003; entendiendo como tal: los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas –junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes– que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana. A los efectos de la presente Convención, se tendrá en cuenta únicamente el patrimonio cultural inmaterial que sea compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes y con los imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos y de desarrollo sostenible (Art. 2.1).

Esto incluye desde expresiones orales hasta usos sociales, rituales y actos festivos; pasando por espectáculos, conocimientos y usos relacionados con la naturaleza o técnicas artesanales tradicionales. En el caso español, por citar algunos ejemplos, son patrimonio cultural inmaterial el Misterio de Elche (inscrito en 2008), el silbo o lenguaje silbado de la isla de La Gomera (2009), el flamenco (2010), los patios de Córdoba (2012), la dieta mediterránea (2013) o las Fallas de Valencia (2016).

En total, hasta el momento de redactar esta entrada, han recibido esa calificación 508 elementos correspondientes a 122 paises, incluyendo 5 muestras de Derecho Consuetudinario:
  1. Filipinas: La epopeya Darangen de los maranao del lago Lanao (inscrito en 2008): el Darangen es una antigua epopeya cantada que esconde un verdadero tesoro de conocimientos del pueblo maranao, que vive en la región del lago Lanao, en Mindanao (…). El Darangen, que significa literalmente “contar cantando”, existía antes de la islamización de las Filipinas en el siglo XIV y forma parte de una cultura épica vinculada con las antiguas tradiciones sánscritas que se extendían por la mayor parte de Mindanao. (…) consta de 17 ciclos y un total de 72.000 versos. El Darangen también codifica la ley consuetudinaria, las normas de comportamiento social y ético, nociones de belleza estética y los valores sociales propios de los maranao. Los ancianos siguen haciendo referencia a este texto antiquísimo en el ejercicio de su ley consuetudinaria.
  2. Filipinas: El hudhud, relatos cantados de los ifugao (2008): el hudhud una tradición de cantos narrativos de la comunidad ifugao, conocida por sus arrozales en terrazas en las montañas de la isla septentrional del archipiélago de Filipinas. Esta tradición se practica durante la siembra y la cosecha del arroz, así como en los velatorios y en los ritos fúnebres. El hudhud data probablemente de antes del siglo VII y consta de más de 200 historias de 40 episodios cada una.
  3. Colombia: El sistema normativo de los wayuus, aplicado por el pütchipü’üi (“palabrero”) (2010): la comunidad de los wayuus está asentada en la Península de La Guajira, situada entre Colombia y Venezuela. Su sistema normativo comprende un conjunto de principios, procedimientos y ritos que rigen la conducta social y espiritual de la comunidad. Inspirado en principios de reparación y compensación, este sistema es aplicado por las autoridades morales autóctonas: los pütchipü’üis o “palabreros”, personas experimentadas en la solución de conflictos y desavenencias entre los clanes matrilineales de los wayuus. Cuando surge un litigio, las dos partes en conflicto, los ofensores y los ofendidos, solicitan la intervención de un pütchipü’üi. Tras haber examinado la situación, éste comunica a las autoridades pertinentes su propósito de resolver el conflicto por medios pacíficos. Si la palabra –pütchikalü– se acepta, se entabla el diálogo en presencia del pütchipü’üi que actúa con diplomacia, cautela y lucidez. El sistema de compensación recurre a símbolos, representados esencialmente por la oferta de collares confeccionados con piedras preciosas o el sacrificio de vacas, ovejas y cabras. Incluso los crímenes más graves pueden ser objeto de compensaciones, que se ofrecen en el transcurso de ceremonias especiales a las que se invita a las familias en conflicto para restablecer la armonía social mediante la reconciliación. La función de pütchipü’üi recae en tíos maternos –parientes especialmente respetados en el sistema de clanes matrilineales de los wayuus– que se destacan por sus virtudes en el plano ético y moral.
  4. Perú: Sistema Tradicional de Jueces de Agua de Corongo (2017): es una estructura organizativa creada por los habitantes de esta ciudad del norte del Perú, que gestiona el abastecimiento de agua y cultiva al mismo tiempo la memoria histórica. Los orígenes de este sistema se remontan al periodo preincaico y su objetivo primordial es lograr un abastecimiento equitativo y sostenible de agua, así como una gestión adecuada la tierra, a fin de que las generaciones venideras puedan seguir disfrutando de estos dos recursos naturales esenciales en buenas condiciones. (…) Su máxima autoridad es el juez de agua, que se encarga de la gestión de los recursos hídricos y de la organización de las fiestas más importantes de la ciudad. Pilar de la identidad cultural y la memoria histórica de los coronguinos, el sistema se basa en tres principios fundamentales: la solidaridad, la equidad y el respeto de la naturaleza.
  5. Emiratos Árabes Unidos: Al-Azi, representación de poemas de elogio, orgullo y entereza moral (2017): el recital de poesía tradicional “al-Azi” se celebra en grupo, sin instrumentos musicales, ni siquiera de percusión. Consiste en recitar poemas en versos rimados, inspirados en el acervo poético popular, intercalando a veces refranes y máximas. Los depositarios y practicantes de este elemento del patrimonio son el poeta, el recitador, el coro y el público. Esta práctica cultural consolida los vínculos entre los miembros de las comunidades y guarda relación con prácticas y conocimientos referentes a la naturaleza. (…) El desarrollo económico del país hizo que miles de habitantes emigraran del desierto hacia las ciudades, y entre 1970 y 1990 las poblaciones empezaron a abandonar sus empleos en los sectores de actividad tradicionales dejando de lado las prácticas culturales y artísticas vinculadas a ellos. Otro factor que influyó considerablemente en la disminución de esas prácticas fue la sustitución de las normas tribales consuetudinarias por leyes estatales.
Sistema Tradicional de Jueces de Agua de Corongo (Perú)

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