viernes, 20 de mayo de 2022

Las cinco leyes fundamentales de la estupidez humana

El profesor Carlo M. Cipolla nació en Pavía (Italia) el 15 de agosto de 1922. Estudió Ciencias Políticas en la universidad de esta localidad lombarda y completó su formación en la Sorbona (Francia) y la London School of Economics (Reino Unido), especializándose en historia económica; asignatura que impartió en diversos centros de su país hasta que se trasladó a Berkeley (Estados Unidos). Falleció el 5 de septiembre de 2000 en su ciudad natal. Ya se trate de investigaciones puntuales, como el estudio sobre el sistema sanitario en tiempos de la peste, o de extensos recorridos a través de los siglos (…) los libros de Cipolla siempre han sido, con la excepción del clásico “Historia económica de la Europa preindustrial”, obras breves. La brevedad se adecuaba a la lúcida inteligencia y a la aguda pluma de Cipolla [1].

Un buen ejemplo de ese carácter brillante y conciso lo encontramos en su célebre ensayo Las leyes fundamentales de la estupidez humana.  El propio autor lo definió así: (…) no se trata ni más ni menos que de algo que los eruditos del siglo XVIII habrían denominado “una aguda invención”. De hecho, el ensayo no guarda ninguna relación con mi vida personal. Pecaría gravemente de ingratitud contra las circunstancias que hasta ahora han presidido el curso de mi vida si no confesara que he sido, en cuanto se refiere a mis relaciones humanas, un ser extraordinariamente afortunado, en el sentido de que la inmensa mayoría de personas con las que he entablado relación han sido por regla general personas generosas, buenas e inteligentes. Espero que al leer estas páginas no acaben convenciéndose de que el estúpido soy yo [2].

"The Basic Laws of Human Stupidity" se escribieron en 1976, en inglés, a modo de original regalo navideño para los amigos del autor y, tras negarse durante mucho tiempo, en 1988 se tradujeron al italiano para incluirse en el contenido del libro Allegro man non troppo. Desde entonces, “Le leggi fondamentali della stupidità umana” se han convertido en una lectura de referencia.


En su introducción, Cipolla comienza afirmando que la humanidad se encuentra –y sobre esto el acuerdo es unánime– en un estado deplorable. Ahora bien, no se trata de ninguna novedad. Si uno se atreve a mirar hacia atrás, se da cuenta de que siempre ha estado en una situación deplorable. El pasado fardo de desdichas y miserias que los seres humanos deben soportar, ya sea como individuos o como miembros de una sociedad organizada, es básicamente el resultado del modo extremadamente improbable –y me atrevería a decir estúpido– como fue organizada la vida desde sus comienzos [3]. Y, a continuación, enumera sus conocidas leyes fundamentales:

  1. Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo.
  2. La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona.
  3. Una persona estúpida es una persona que causa un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio.
  4. Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia, tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error.
  5. La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe. El corolario de la ley dice así: El estúpido es más peligroso que el malvado.

Citas: [1] VIGO, G. “Introducción”. En: CIPOLLA, C. M. Pequeñas crónicas. Barcelona: Editorial Crítica, 2011, p. 4. [2] CIPOLLA, C. M. Allegro man non troppo. Barcelona: Editorial Crítica, 2007, p. 11. [3] CIPOLLA, C.M. “Las leyes fundamentales de la estupidez humana”. En: Cuadernos de economía, nº. 25, 1996, pp. 200-216.

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