En Derecho Canónico, una bula es un Documento pontificio relativo a materia de fe o de interés general, concesión de gracias o privilegios, o asuntos judiciales o administrativos, expedido por la Cancillería Apostólica y autorizado por el sello de su nombre u otro parecido estampado con tinta roja [Diccionario Panhispánico del Español Jurídico]. Partiendo de esa base, el profesor Rubio Cremades ha investigado que: (…) alrededor de 1550 aparecieron los primeros documentos referentes a los castrati [(…) hombres con voz de mujer que sufrían la castración para conservar su voz aguda, de soprano, mezzo-soprano o contralto]. El papa Paulo IV prohibió la presencia de cantantes casados en la Capilla Pontificia. En 1589, el papa Sixto [V; con la], bula Cum pro nostri temporali munere, reorganizó el coro de la Basílica de San Pedro para incluir solo castrati. Las mujeres fueron prohibidas en el coro por el dictamen paulino Mulieres in ecclesiis taceant («las mujeres deben guardar silencio en la iglesia») –Corintios, I, cap. 14, v. 34–. La formación de los castrati en el siglo XVIII era muy rigurosa y fueron voces muy codiciadas y admiradas, encumbrados en la gloria y remunerados con grandes sumas de dinero. Recordemos, por ejemplo, al célebre castrato Farinelli (1705-1782) [1]; o a otros cantantes que lograron grandes éxitos artísticos y materiales inusitados como los que cita el musicólogo alemán Eckhardt van den Hoogen: Gaetano Caffarelli (1710-1783) y Francesco Bernardi, el Senesino (1685-1759), llamado así porque nació en Siena [2].
Para van den Hoogen, resulta curioso que la iglesia católica prohibiera oficialmente la castración en 1587 y que sólo un año después entraran al servicio del Papado los primeros castrados. (…) De hecho, a principios del siglo XX quedaba aún algún castrado en la Capilla Sixtina, a pesar de que los compositores italianos de ópera desde hacía más de un siglo habían renunciado a esas cuestionables tesituras [2].
En cuanto a España, según el jurista y músico Andrés Ruiz Tarazona: (…) La práctica de la castración era frecuente entre los cantorcicos con voces hermosas. Prueba de ello es la bula del Papa Sixto V en 1587, dirigida al nuncio apostólico en España, prohibiendo el matrimonio a los "spadoni" (como se llamaba en Roma a los castrados), de la que se deduce cuan frecuente era en España la castración [3].
Citas: [1] RUBIO CREMADES, E. “Enrique Gil y Carrasco: colaboraciones desconocidas”. En: AA.VV. Et amicitia et magisterio: Estudios en honor de José Manuel González Herrán. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2021, pp. 609 y 610. [2] VAN DEN HOOGEN, E. El ABC de la ópera. Todo lo que hay que saber. Madrid: Taurus, 2005, p. 495. [3] RUIZ TARAZONA, A. “Los cantores capones. Un texto revelador”. En: Revista de Musicología, 1998, vol. 21, nº 2, p. 646.
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