miércoles, 14 de abril de 2021

De monarquía a república: ejemplos de países europeos que cambiaron su forma de gobierno

Ya tuvimos ocasión de referirnos al «Regicidio de Lisboa», que ocurrió el 1 de febrero de 1908, cuando dos anarquistas asesinaron al rey Carlos I y al príncipe heredero Luis Felipe en la actual Plaza del Comercio lisboeta. El infante que sobrevivió al atentado se convirtió en el efímero Manuel II de Portugal; el último monarca luso que reinó entre 1908 y 1910. El 5 de octubre de aquel mismo año se proclamó la República Portuguesa. Un proceso análogo, con mayor o menor grado de violencia, lo podemos hallar en otras naciones europeas que una vez fueron monarquías –Francia, Rusia, Albania, Rumanía, Yugoslavia o Alemania– pero se convirtieron en repúblicas; sin embargo, en torno al fin de la II Guerra Mundial hubo tres países del Viejo Continente que decidieron cambiar su forma de gobierno de un modo pacífico mediante una consulta popular:

  1. Islandia: del 20 al 23 de mayo de 1944 –en pleno conflicto y con Dinamarca ocupada por el ejército nazi– las autoridades de Reikiavik convocaron un referéndum para preguntar a sus habitantes si, por un lado, querían continuar siendo el Reino que se estableció en el Acta de Unión entre Dinamarca e Islandia, firmado el 1 de diciembre de 1918 (se reconocía la soberanía de la isla ártica pero mantenía al rey danés como soberano) y si, por otro, al poner fin a dicha unión personal se proclamaba la nueva República de Islandia. El resultado de la consulta fue abrumador y más del 98% de los islandeses prefirieron desvincularse del trono de Copenhague y cambiar su forma de gobierno.
  2. Italia: dos años más tarde que los islandeses, los italianos también acudieron a las urnas en el referéndum sulla forma istituzionale dello Stato que se celebró el 2 de junio de 1946 y que, tradicionalmente, se considera que es la fecha en que se funda la actual Repubblica Italiana con el 54% de los votos republicanos frente al 46% monárquico. Recordemos que el país transalpino alcanzó la unidad tras el periodo de unificación nacional [Risorgimento] que culminó en 1861 con la proclamación del Regno d'Italia.
  3. Bulgaria: tres meses más tarde que Italia, el Gobierno de Sofía convocó a los ciudadanos búlgaros para que el 8 de septiembre de 1946 decidieran si preferían continuar con la dinastía del rey Simeón II o instaurar una República. Ganó la segunda opción con un porcentaje casi tan rotundo como en Islandia: el 95,6% de los votos. El día 15 de ese mismo mes se proclamó la República Popular de Bulgaria y el 4 de diciembre de 1947 se adoptó la «Constitución de Dimitrov» (por el líder comunista local, Georgi Dimitrov). 

En sentido contrario, el 8 de diciembre de 1974, la Junta de los Coroneles que gobernaba Grecia desde 1967 convocó un referéndum para preguntar al pueblo sobre la forma de gobierno del país: mantener la República Helénica (69%) o volver a instaurar la monarquía del exiliado rey Constantino II (31%).

Como curiosidad, uno de los reinados europeos más singulares fue el de Carlos I de Finlandia, príncipe alemán que fue elegido soberano finés el 9 de octubre de 1918 –tras lograr Helsinki la independencia de San Petersburgo (6 de diciembre de 1917)– pero renunció al trono el posterior 14 de diciembre; es decir, la República de Finlandia fue Reino apenas dos meses.

NB: fuera de Europa es probable que la consulta popular más significativa que haya cambiado una forma de gobierno sea el referéndum del último Chogyal [rey] de Sikkim. Este pequeño reino del Himalaya convocó a sus ciudadanos a las urnas, tal día como hoy, el 14 de abril de 1975 para abolir la monarquía (con el 97,55% de los sufragios a favor) pero no para constituirse en una república sino para integrarse como un Estado federado más de la India, su vecino del Sur.

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