viernes, 21 de julio de 2023

¿Qué decreto aprobó el actual Directorio homilético?

En Derecho Canónico, el término “directorio” se refiere al conjunto de documentos con valor directivo que son elaborados para orientar en la aplicación de las normas. Los directorios deben respetar el principio de legalidad. Adoptan formas de mandatos, prohibiciones, exhortaciones e incluso consejos y sugerencias [DPEJ]; mientras que el adjetivo “homilético” designa a lo perteneciente o relativo a la homilía [DRAE]. De modo que el objetivo del Directorio Homilético es, de acuerdo con su propia introducción, presentar la finalidad de la homilía, tal como viene descrita en los documentos de la Iglesia, desde el Concilio Vaticano II hasta la Exhortación apostólica Evangelii gaudium, y ofrecer una guía basada en estas fuentes para poder servir de ayuda a los homiletas y que, de este modo, cumplan correcta y eficazmente su misión (…). El Directorio homilético intenta asimilar las valoraciones de los últimos cincuenta años, revisarlas críticamente, ayudar a los homiletas a apreciar la función de la homilía y ofrecerles una guía para el cumplimiento de una misión tan esencial en la vida de la Iglesia. El objeto es, sobre todo, la homilía pronunciada en la Eucaristía dominical pero cuanto se dice, se aplica, análogamente, a la homilética ordinaria de cualquier otra Celebración Litúrgica y sacramental.

El vigente Directorio homilético lo aprobó la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el 29 de junio de 2014, solemnidad de los Santos Pedro y Pablo, Apóstoles; mediante un Decreto firmado por el cardenal valenciano Antonio Cañizares Llovera, en aquel momento Prefecto del mencionado dicasterio, que se publicó el 10 de febrero de 2015. Se estructura en dos partes que el propio documento de la Santa Sede describe de la siguiente manera: 

  • En la primera, titulada “La homilía y el ámbito litúrgico”, se describe la naturaleza, la función y el contexto, así como algunos aspectos que la caracterizan, es decir el ministro ordenado al que le compete, la referencia a la Palabra de Dios, su preparación próxima y remota, los destinatarios.
  • En la segunda parte, “Ars praedicandi”, vienen ejemplificadas las coordenadas metodológicas y de contenido que el homileta tiene que conocer y tener en cuenta cuando prepara y cuando pronuncia la homilía. Se proponen claves de lectura, en modo indicativo y no exhaustivo, para el ciclo dominical-festivo de la Misa a partir del centro del año litúrgico (Triduo y Tiempo Pascual, Cuaresma, Adviento, Navidad, Tiempo durante el año), con alusiones también a las Misas feriales, de matrimonio y exequial; en estos ejemplos se aplican los criterios evidenciados en la primera parte del Directorio, es decir la tipología entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, la importancia del pasaje evangélico, el orden de las lecturas, los nexos entre la liturgia de la Palabra y la liturgia eucarística, el mensaje bíblico y el eucológico, entre la celebración y la vida, entre la escucha de Dios y de la asamblea concreta. 

Eduard Lebiedzki | El sermón (ca. 1880)

Finalmente, le siguen dos apéndices: En el primero, con el fin de mostrar la relación entre la homilía y la doctrina de la Iglesia Católica, se señalan las referencias del Catecismo en relación con algunas alusiones temáticas de las lecturas dominicales de los tres ciclos anuales. En el segundo Apéndice vienen indicadas las referencias a los textos de documentos del Magisterio sobre la homilía.

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