Paradójicamente, tras la derrota de Napoleón en Leipzig, en 1813, y nada más liberar Turín de la dominación francesa, el rey Vittorio Emanuele I de Cerdeña encargó a la Secretaría de Guerra que redactara un proyecto de ley inspirándose en la Gendarmería de Francia –institución que se creó el 16 de febrero de 1791– para establecer un nuevo Cuerpo de Carabineros Reales [Corpo dei Carabinieri Reali; en referencia al arma de fuego que formaba parte de su dotación: la carabina, más pequeña que un fusil]. Aquel texto de 16 artículos –denominado le Regie Patenti– se adoptó el 13 de julio de 1814, con el objetivo de asegurar el orden y la paz pública proporcionando al reino -que abarcaba, además de Cerdeña, también a Piamonte- un cuerpo policial de élite similar al francés, con unos criterios de selección muy rigurosos ya para aquel tiempo (comienzos del siglo XIX): por ejemplo, los candidatos debían saber leer y escribir, superar el 1.85 cm de estatura, etc. y, a cambio, la tropa recibía un sueldo de 500 liras que se elevaba a 1.000 para los carabinieri a cavallo. Su primer Comandante General –el rango más alto del cuerpo– fue el gobernador turinés, Giuseppe Thaon di Revel di Sant’Andrea, nombrado el 13 de agosto de 1814.
El 24 de abril de 1815 cayó abatido Giovanni Boccaccio, el primer Carabiniere que falleció en acto de servicio. Tres meses más tarde, el 6 de julio, pocos días después de la derrota napoleónica en Waterloo (actual Bélgica), se produjo su bautismo de fuego en Grenoble (Suiza), contribuyendo a la victoria contra los últimos bonapartistas. En noviembre del año siguiente comenzaron a reglamentarse sus funciones aunque el primer Reglamento General [Regolamento Generale del Corpo] data del 16 de octubre de 1822.
También es de aquellos años su simbólica granada de oro inflamada [granata con fiamma], que es la seña de identidad de esta institución; se fijó en el Regolamento per le divise degli Uffiziali, Bass'Uffiziali, Carabinieri e Allievi, de 23 de febrero de 1832; y su característico penacho, en colores rojo y turquesa, se aprobó mediante un decreto de 25 de junio de 1833 firmado por el rey Carlo Alberto de Cerdeña (al que, posteriormente, los Carabinieri salvaron durante la Batalla de Pastrengo, en 1848).
En cuanto a su popular apelativo, un documento interno del cuerpo mencionó, por primera vez, el término “Benemérita”, el 24 de junio de 1864; denominación que se popularizó hasta la actualidad y que trascendió las fronteras italianas (en España, también es el sobrenombre de la Guardia Civil, creada en 1844). Por último, su primera misión en el extranjero –integrada por el mariscal Enrico Cavedagni y cuatro Carabinieri– se desarrolló en Assab (Eritrea), el 16 de mayo de 1883, para controlar el tráfico comercial entre Italia y Extremo Oriente.
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