No muy lejos de allí, tras diversas ofensivas de la Corona de Castilla y réplicas del Reino de Granada, finalmente, la estratégica localidad granadina de Huéscar, situada al pie del macizo de la Sagra dominando la amplia comarca que se extiende hasta la sierra de Orce y el paso que sigue el curso del Guadiana Menor hasta la hoya de Baza [1] fue reconquistada pocos años antes de que se rindiera la capital nazarí. Aunque sólo sea una representación simbólica (…) cabe aquí recordar el relieve sobre la ocupación de Huéscar en 1488, que es uno de los tableros del coro bajo de la catedral de Toledo, obra del maestro Rodrigo Alemán. Ofrece una estampa gráfica representando la entrada en Huéscar de Rodrigo Manrique, a quien los Reyes Católicos encomendaron la custodia de la ciudad que había sido conquistada por su abuelo [1]. Hoy en día esta ciudad es capital de la comarca homónima, situada al norte de la provincia de Granada, en el límite con Jaén y Albacete, que incluye a los municipios vecinos de Castilléjar, Castril, Galera, Orce y Puebla de Don Fadrique. Una vez situados, geográfica e históricamente, vamos a centrarnos en la causa que motivó el singular «Tratado de Paz de Huéscar».
El 11 de noviembre de 1809 [3], durante la Guerra de Independencia, el ayuntamiento oscense -comparte gentilicio con Huesca (Aragón)- adoptó un bando municipal con trascendencia internacional al declarar la guerra a Dinamarca: Atacar a las fuerzas danesas en cualquier parte que se hallen, vengar los insultos recibidos y no cesar las hostilidades hasta que un mutuo convenio de Corte a Corte y un tratado estipule las condiciones de paz [3]. Por el contexto, podría pensarse que el conflicto bélico hubiera estallado contra Francia; pero fue con los daneses. La Gaceta de Madrid (precedente histórico del actual BOE) del miércoles 17 de enero de 1810 nos brinda una pista con la publicación de una noticia fechada en Copenhague (Dinamarca) el mismo 11 de noviembre de 1809 y redactada en el castellano de aquel tiempo: Veinte y cinco mil dinamarqueses pasan al servicio de S. M. el Emperador y Rei, y se dirigen á España para medir sus fuerzas con los soldados de la junta de Sevilla, que por un golpe de su bien conocida sabiduría ha juzgado mui oportuno declarar la guerra al rei de Dinamarca.
Es decir, las tropas danesas se unían a Napoleón para luchar contra la Junta Suprema Central que asumió el gobierno español durante la ocupación francesa y que, por aquel entonces, se encontraba en la capital hispalense. Los que antes eran amigos y aliados se convirtieron en enemigos [3].
Cuando finalizó la lucha con el ejército napoleónico, (…) llegó la paz. Pero los de Huéscar no se enteraron; o no recibieron comunicación alguna, por lo que el acuerdo de sus mayores seguía en vigor. Así podemos afirmar que esta fue una de las guerras más pacificas de toda la historia, ya que fue declarada pero no ejercida y no hubo muertos ni heridos ni rasguños por ninguna de ambas partes. También de las más desconocidas [3].
172 años después de aquella guerra declarada pero nunca combatida contra los daneses, el 11 de noviembre de 1981, el pleno municipal oscense aprobó un nuevo bando para revocar la declaración de 1809 y sellar la paz, simbólicamente, con Dinamarca, hermanándose con la ciudad de Kolding. Aunque sea obvio, no debemos olvidar que el Art. 94 de la Constitución Española de 1978 regula que la prestación del consentimiento del Estado para obligarse por medio de tratados o convenios requerirá la previa autorización de las Cortes Generales, en los siguientes casos: (…) b) Tratados o convenios de carácter militar.
Citas: [1] TORRES FONTES, J. “Conquista y perdida de Huéscar en el reinado de Juan II de Castilla”. En: Murgetana, 1992, nº 84, 1992, pp. 84, 85 y 88. [2] CONDE, A. Una tierra de frontera. Castillos de la Región de Murcia. Murcia: Archivo General Región de Murcia, 2005, p. 1975. [3] CARAYOL GOR, R. “Guerra y paz de Huéscar con Dinamarca”. En: Boletín del Instituto de Estudios Pedro Suárez: Estudios sobre las comarcas de Guadix, Baza y Huéscar, 1994-1995, nº 7-8, pp. 139, 144, 143 y 145.
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