viernes, 23 de mayo de 2025

La Alianza de Estados del Sahel

El 29 de junio de 2022, los [por aquel entonces] 30 miembros de la Alianza Atlántica adoptaron en la Cumbre de Madrid el Nuevo Concepto Estratégico de la OTAN en un momento crítico para nuestra seguridad y para la paz y la estabilidad internacionales. (…) Nuestro nuevo Concepto Estratégico reafirma que el propósito principal de la OTAN es garantizar nuestra defensa colectiva con un enfoque de 360 grados. En él se definen las tres tareas fundamentales de la Alianza: la disuasión y defensa, la prevención y gestión de crisis, y la seguridad cooperativa. Destacamos la necesidad de reforzar de manera significativa nuestra disuasión y defensa como columna vertebral de nuestro compromiso de defensa mutuo expresado en el Art, 5. En un mundo que se caracteriza por la conflictividad y la imprevisibilidad, (…) el Concepto Estratégico hace hincapié en que garantizar nuestra resiliencia nacional y colectiva es primordial en todas nuestras tareas y constituye la base de nuestros esfuerzos para proteger a nuestras naciones, nuestras sociedades y nuestros valores comunes.

En ese contexto, al definir nuestro entorno estratégico, la OTAN se refiere en dos ocasiones a la región africana del Sahel (esa franja horizontal situada al Norte del continente, por debajo del desierto del Sáhara y por encima de la sabana tropical, desde la costa del Océano Atlántico hasta el Mar Rojo que incluye parte de los territorios nacionales de Mauritania, Senegal, Malí, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Sudán, Sudán del Sur, Eritrea y Etiopía): (…) 11. Los conflictos, la fragilidad y la inestabilidad en África y Oriente Medio afectan directamente a nuestra seguridad y a la de nuestros socios. La vecindad sur de la OTAN, en particular las regiones de Oriente Medio, Norte de África y el Sahel, se enfrentan a problemas interconectados de seguridad, demográficos, económicos y políticos. Estos se ven agravados por el impacto del cambio climático, la fragilidad de las instituciones, las emergencias sanitarias y la inseguridad alimentaria. Esta situación es propicia para la proliferación de grupos armados no estatales, incluidas las organizaciones terroristas. También favorece la injerencia desestabilizadora y coercitiva de competidores estratégicos. (…) 45. Trabajaremos con los socios para abordar las amenazas y desafíos comunes en materia de seguridad en regiones de interés estratégico para la Alianza, entre ellas Oriente Medio, África del Norte y el Sahel.

A finales de los años 60, la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África (CEPA) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) recomendaron a tres países de la región saheliana -Burkina Faso, Malí y Níger- que crearan una organización permanente para la explotación conjunta de sus recursos mineros, energéticos, hidráulicos, agrarios y pesqueros. Como resultado, el 3 de diciembre de 1970, sus autoridades firmaron un Memorando de Entendimiento en Uagadugú por el que institucionalizaron la «Autorité de développement Intégré de la Région du Liptako-Gourma» (ALG), por el nombre de la estratégica región que comparten las tres naciones. En 2011, sus Jefes de Estado decidieron extender aquella iniciativa más allá de esa región para que incluyera la totalidad de sus Estados con el fin de transformarse en un espacio económico integrado que mantuvo la sigla inicial pero modificó parte de su nombre por el de «Autorité de Développement Intégré des Etats du Liptako-Gourma» mediante el nuevo Tratado Revisado de la ALG hecho en Niamey el 24 de enero de 2017. La sede de la Autoridad se estableció en la capital burkinesa por un Acuerdo de Sede de 27 de agosto de 2001.

Con el cambio de década, el 16 de septiembre de 2023, Burkina Faso, Malí y Níger firmaron la «Alliance des États du Sahel» (AES) en Bamako. Su preámbulo justifica así la denominada «Carta de Liptako-Gourma» [Charte du Liptako-Gourma]: En estos tres países, amenazados por insurgencias yihadistas, los militares han tomado el poder y pretenden apoyarse mutuamente para hacer frente a la hostilidad de la CEDEAO [ECOWAS], que ha amenazado a Níger con una intervención militar. De hecho, la Carta la firman tres Jefes de Estado militares: el Capitán Ibrahim Traore, el Coronel Assimi Goita y el General Abdourahamane Tiani, respectivamente.

A continuación, el Art. 2 contempla que el objetivo de la Carta es establecer una arquitectura de defensa colectiva y de asistencia mutua entre las Partes Contratantes; y que se comprometen a combatir el terrorismo en todas sus formas y la delincuencia organizada en el espacio común de la Alianza (Art. 4); trabajando para prevenir, gestionar y resolver cualquier rebelión armada u otra amenaza a la integridad territorial y la soberanía de cada uno de los países miembros de la Alianza, dando prioridad a los medios pacíficos y diplomáticos y, de ser necesario, al uso de la fuerza para enfrentar situaciones de ruptura de la paz y la estabilidad (Art. 5). Asimismo, el Art. 6 regula el principio de defensa colectiva: Todo ataque a la soberanía y a la integridad territorial de una o más Partes Contratantes será considerado como una agresión contra las otras Partes y dará lugar a un deber de asistencia y socorro por parte de todas las Partes, individual o colectivamente, incluido el uso de la fuerza armada, para restablecer y garantizar la seguridad en el área abarcada por la Alianza. Todas las decisiones de la Alianza de Estados del Sahel se adoptarán por unanimidad (Art. 9).

La integración de los tres países avanzó el 6 de julio de 2024 cuando los gobiernos militares decidieron que la AES cambiaran su forma de estado por una «Confédération des États du Sahel». Por último, a la hora de redactar esta entrada, en los primeros meses de 2025, las tres naciones sahelianas se retiraron tanto de la Organización Internacional de la Francofonía (OIF) como de la mencionada Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO/ECOWAS).

Para el analista Alejandro López Martínez: (…) los integrantes de la Alianza de Estados del Sahel están en un proceso de transición y reestructuración de alianzas con el que intentan distanciarse de la influencia occidental. La propia creación de la AES y el anuncio informal de su deseo de abandonar la CEDEAO han sido los primeros pasos, pero los siguientes no parecen estar muy claros [LÓPEZ MARTÍNEZ, A. “Mali, Níger y Burkina Faso: redefiniendo alianzas en el panorama geopolítico de África Occidental”. En: Documento Opinión IEEE nº 68/2024, p. 14].

NB: en ese entorno, la Decisión (UE) 2021/2137 del Consejo de 2 de diciembre de 2021, se refiere al Grupo de los Cinco del Sahel [G5 del Sahel: Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania y Níger] remitiéndose a las resoluciones 2391 (2017), 2480 (2019) y 2584 (2021) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas donde el órgano responsable de mantener la paz y la seguridad internacionales afirmaba su resuelta defensa de la soberanía, la independencia, la unidad y la integridad territorial de esos países sahelianos. Para la Unión Europea -al igual que sucedía con la OTAN- la crisis actual en (…) la región del Sahel es pluridimensional, y presenta un grave riesgo de contagio a los países vecinos y, en particular, al Golfo de Guinea. En la práctica, el G5 del Sahel -que se creó el 16 de febrero de 2014- perdió su razón de ser con la retirada de Malí (2022) y de Níger y Burkina Faso (2023) de modo que Mauritania y Chad lo disolvieron el 6 de diciembre de 2023.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...