miércoles, 2 de noviembre de 2022

Los abogados que quisieron clasificar el mundo: el «Mundaneum»

Henri La Fontaine (1854-1943) y Paul [Marie Ghislain] Otlet (1868-1944), dos abogados bruselenses, coincidieron a finales de 1890 en el despacho del jurista Edmond Picard (1836-1924), en la capital belga, donde ambos trabajaron en el desarrollo de un proyecto multidisciplinar que recopilaba sentencias para una colección de jurisprudencia titulada “Les Pandectes belges”. Aquella ardua tarea de investigación les permitió asumir la relevancia científica de compilar información hasta el punto de que terminaron dedicando su vida y obra al tratamiento documental, con el fin de organizar todas las fuentes de conocimiento existentes en aquel momento (libros, revistas, periódicos, carteles, postales, etc.) en un único archivo –el Directorio Bibliográfico Universal– que presentaron en la Exposición Universal de París, en 1900. Trataban de crear un centro de documentación único al que pudiera acceder cualquier persona para llevar a cabo una consulta, lo que –en su opinión– serviría como instrumento para promover la paz [1] en una época tan turbulenta como aquella: los albores de la I Guerra Mundial.

En el centro, Otlet; a su dcha, La Fontaine y su esposa

Para lograrlo, toda esa suerte de “internet en papel” o "prototipo de la wikipedia" se ordenó según el sistema de Clasificación Decimal Universal [Classification décimale universelle] que ellos mismos habían desarrollado y podía consultarse en un práctico formato de microfichas. Al final, su excepcional proyecto del «Mundaneum» pudo hacerse realidad tras la firma de la Paz de Versalles, durante el periodo de entreguerras, cuando en 1920 sus miles de documentos ocuparon más de cien salas del Palacio del Cincuenteneario de Bruselas que fue su primera sede [Mundaneum Palais mondial, se llamó entonces] hasta que estalló la II Guerra Mundial, gran parte de aquel ingente y visionario legado se perdió por culpa del conflicto armado y los posteriores traslados –un azaroso recorrido por los barrios e instituciones bruselenses desde el primer tercio del pasado siglo [2]– que concluyeron, en 1993, con la instalación definitiva de aquel espejo y suma de todas las actividades humanas, centro de una red de enlace con el mundo entero [3] en la ciudad valona de Mons (Bélgica).

Actual sede en Mons (Bélgica)

En 2015, la Unión Europea lo incluyó entre los Sitios del Sello de Patrimonio Europeo que encarnan y simbolizan la historia, la integración, los ideales y los valores europeos desde los orígenes de la civilización hasta la Europa de nuestros días; afirmando que: El Mundaneum es un hito en el tejido intelectual y social de Europa. Sus fundadores, Henri La Fontaine y Paul Otlet, abogaban por la paz mediante el diálogo y el intercambio de conocimientos a nivel europeo e internacional, a través de los medios de investigación bibliográfica. El objetivo del Mundaneum era recoger toda la información disponible en el mundo, independientemente de su soporte (…) y clasificarla mediante un sistema que desarrollaron: la Clasificación Decimal Universal. El Mundaneum es la base de la ciencia de la información actual y se considera hoy uno de los precursores de los motores de búsqueda en internet.

Sobre uno de los creadores de este singular espacio, Henri La Fontaine, cabe añadir que llegó a ser elegido senador socialista y su labor en el Parlamento belga destacó, especialmente, por su interés en la política social y los asuntos exteriores; de hecho, fue un gran defensor del movimiento pacifista y, por ese motivo, en 1913, el Comité noruego le otorgó el Premio Nobel de la Paz mientras presidía la Oficina Internacional por la Paz [«International Peace Bureau»] –fundada en Berna (Suiza) en 1891 por el danés Fredrik Bajer (que también recibió este galardón en 1908)– y que, a su vez, como institución, lo obtuvo en 1910 (logró un cuarto premio, en 1902, de la mano de su secretario general, el suizo Élie Ducommun... y así hasta recibir trece). Todos ellos, como recordó el Comité: Hicieron campaña por el desarme y el uso de la mediación y el arbitraje para resolver las controversias internacionales. Asimismo, como era de esperar, La Fontaine formó parte de la delegación belga en la Asamblea de la Sociedad de Naciones.


En cuanto al segundo autor, en 1928, Paul Otlet escribió el ensayo La Fin de la guerre: traité de paix générale basé sur une charte mondiale déclarant les droits de l'humanité et organisant la confédération des états (en 1914); propuso celebrar
un tratado de Constitución Mundial (1917) que aún se conserva en la Biblioteca Real Alberto I de Bruselas [2] e incluso llegó a plantear al prestigioso arquitecto Le Corbusier que diseñara una Ciudad Internacional –con museos, bibliotecas y centros universitarios– para construirla a las afueras de Ginebra (una idea que le rondaba desde 1910).

Citas: [1] RODRIGUES DE OLIVEIRA POZZATTI, V; APARECIDA OLIVEIRA, A.; FERNANDES GUIMARÃES POLININI, J. & DOS SANTOS SANTANA RUBIM, R. “Mundaneum: o trabalho visionário de Paul Otlet e Henri La Fontaine”. En: Revista ACB: Biblioteconomia em Santa Catarina, 2014, p. 202. [2] SAGREDO FERNÁNDEZ, F. “La Documentacion y el nacimiento de las Naciones Unidas”. En: Scire, 2004, vol. 10: 1, p. 22. [3] AA.VV. Anuario de biblioteconomía y archivonomía. Ciudad de México: UNAM, 1963, p. 14.

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