miércoles, 26 de enero de 2011

Del homicidio y otros más de 30 "-cidios"

La palabra homicidio procede del latín homicidium; término formado por homi- (hombre) y el sufijo –cidio (acción de matar) que deriva de -cidĭum, raíz del verbo caedĕre (matar). A partir de esa voz, nuestro idioma ha ido construyendo otras palabras con el mismo elemento compositivo y aunque forman parte de nuestra lengua, no todas han llegado a tipificarse penalmente como delito. Partiendo de las definiciones que podemos consultar en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua y en otras fuentes documentales, podemos hablar de:

Aporocidioa partir del neologismo "aporofobia", acuñado por la filósofa Adela Cortina, en una columna de opinión que publicó en 1995, se podría hablar de la muerte causada al pobre, al sin recursos, al desamparado.


Autocidio: suicida que utiliza un vehículo para quitarse la vida provocando un accidente de tráfico o para inhalar los gases del combustible.


Avunculicidio: acción y efecto de dar muerte a un tío por parte de su sobrino; en sentido contrario sería un neopoticidio.
Biocidio: según el Art. 11 de la "Declaración Universal de los Derechos de los Animales": Todo acto que implique la muerte de un animal sin necesidad es un biocidio, es decir, un crimen contra la vida. Incluso comienza a emplearse el curioso neologismo de la "biolencia".


Bulicidio: suicidio de aquella persona que estaba sufriendo un acoso (bullying) con el objetivo de poner fin a ese hostigamiento.
Cliocidio: muerte de la Historia para acabar con las señas de identidad de un pueblo [por ejemplo: cuando los talibanes dinamitaron los Budas de Bamiyán (Afganistán), en 2001, o el autodenominado Estado Islámico destruyó las ruinas asirias de Nimrud (Iraq) en 2015]. Este neologismo -que ya lo utilizó el periodista ruso Guennadi Ivanóvich Guerasimov, en un artículo que publicó en una revista de la UNESCO en 1986- suele asociarse, hoy en día, con la protección de los bienes culturales en caso de conflicto armado.


Conyugicidio: muerte causada por uno de los cónyuges al otro
Deicidio: crimen de los que dieron muerte a Jesucristo (en la imagen superior: Roberto Ferri | Vía Crucis (1978).


Democidio: asesinato de cualquier persona o personas por parte de un gobierno, incluyendo genocidio, asesinatos políticos [o politicidios] y asesinatos masivos.


Feticidio: acción y efecto de dar muerte a un feto.


Filicidio: muerte dada por un padre o una madre a su propio hijo.
Fratricidio: muerte dada por alguien a su propio hermano.


Genocidio: exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad. En el caso concreto de la raza suele hablarse de etnocidio.
Gerontocidio: muerte dada violentamente a una persona de mucha edad.


Infanticidio: muerte dada violentamente a un niño de corta edad (algunos autores dicen que sólo se aplicaría a los bebés recién nacidos).
Liberticidio: conducta que mata o destruye la libertad.


Magnicidio: muerte violenta dada a persona muy importante por su cargo o poder.


Mariticidio: muerte dada violentamente por una mujer a su marido, novio o pareja masculina.


• Matricidio: acción de matar a la propia madre.
• Narcocidio: se aplicaría los homicidios vinculados con el narcotráfico o la producción y distribución de sustancias estupefacientes.
Neonaticidio: sería una especialidad del filicidio, cuando se mata a un recién nacido (neonato).
Parricidio: muerte dada a un pariente próximo, especialmente al padre o la madre.
• Prolicidio: muerte dada por alguien a su linaje, los hijos o la propia descendencia.


Regicidio: muerte violenta dada al monarca, su consorte, el príncipe heredero o el regente.
• Socicidio: en la segunda mitad del siglo XX, se denominó así a los delitos que cometían los anarquistas con explosivos sobre la masa social.
Socracidio: muerte dada por alguien a su suegra.
Soricidio: muerte dada por alguien a su propia hermana.


Suicidio: acción y efecto de quitarse voluntariamente la vida (suicidarse);


Tiranicidio: muerte dada a un tirano; y


Urbicidio: en línea con el cliocidio, se refiere a la acción de acabar con una ciudad. Lo utilizó por primera vez el escritor Michael Moorcock, en los años 60, en sus libros sobre el personaje Elric de Melniboné, rey de las ruinas, y lo popularizó Martin Coward en 2008 en su obra Urbicide (para referirse a aquellas localidades que son arrasadas durante un conflicto armado con el fin de que sus habitantes no puedan regresar más que a unas ruinas. Es lo que sucedió, en distintas épocas, con Stalingrado, Sarajevo, Grozni, Beirut o, ahora, en Alepo); y


Uxoricidio: muerte que causa el marido a su mujer.


Desgraciadamente, los crímenes de Ciudad Juárez (México) han puesto de actualidad la regulación de los neologismos femicidio, feminicidio y genericidio, para referirse a la forma extrema de violencia hacia las mujeres; asimismo, otro término de nuevo cuño que también procede de Italia e Iberoamérica es el de ecocidio, en relación a los delitos que se producen contra el medio ambiente.

Como curiosidad, la Clasificación Internacional de Delitos con Fines Estadísticos [en inglés: International Classification of Crime for Statistical Purposes (ICCS)] sólo se refiere a cinco de estos "-cidios"; tres en categorías de nivel 1 [suicidio, feticido y homicidio] y dentro de este último, en la subcategoría de homicidio intencional (nivel 0101) encontramos feminicidio e infanticidio (además del asesinato).

Ahora, por alusiones, la pregunta es bien sencilla: ¿y de dónde procede el término asesinato? Es una buena historia que se remonta a los tiempos de las Cruzadas y que veremos en otro in albis.

NB: El Diccionario de la RAE define el estilicidio como el acto de caer gota a gota un líquido. Aunque no se trata de ninguna modalidad de crimen, sí que tiene vinculación con la criminología ya que, hasta bien entrado el siglo XX se creía que las heridas de un cadáver podían sangrar ante la presencia de su asesino [LÓPEZ MUÑOZ, F. y PÉREZ FERNÁNDEZ, F. El vuelo de Clavileño. Madrid: Delta, 2017, p. 1].

NB 2: en su "Cursillo de Criminología y Derecho Penal" [Ciudad Trujillo: Montalvo, 1940, p. 68], Constancio Bernaldo de Quirós, nos recuerda la existencia de una de las figuras delictivas que se castigaba de forma más severa en la Antigua Roma: el "buccidium”, es decir la muerte del buey de labor. Al matador, en efecto se le condenaba, no sólo a la muerte, sino a la consagración a los dioses infernales.

1 comentario:

  1. Que interesante información, siempre es entretenido aprender un poco más y de paso entretenerse leyendo un poco de datos curiosos, gracias por el aporte señor...

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