- Tipo Leptosoma: (…) sus características son: cuerpo largo, delgado, cabeza pequeña, nariz putiaguda, poca grasa, cuello alargado. Su representación geométrica es una línea vertical. La exageración del tipo se denomina "asténico".
- Tipo Atlético: Gran desarrollo del esqueleto, de la musculatura y de la epidermis, tórax y cabeza grande. Digamos que coincide con una pirámide invertida.
- Tipo Pícnico: Fuerte desarrollo de las cavidades viscerales, abdomen prominente, tendencia a la obesidad y aspecto flácido, cabeza redonda, ancha y pesada, extremidades cortas. Su representación es circular.
- Tipo Displástico: Se trata de sujetos que no entran en ninguno de los grupos mencionados anteriormente; generalmente carentes de armonía, con características muy exageradas. Krestschmer habla de 3 subdivisiones básicas: gigantismo, obesidad e infantilismo cunocoide.
- Tipo Mixto: Son los más frecuentes y provienen de combinaciones de los otros tipos producidos por la herencia. Es difícil encontrar los tipos "puros", y lo importante de esto es que la coincidencia de las características físicas con las psicológicas no pueden ser exactas [3]. Este quinto biotipo –una suerte de “cajón de sastre”– fue una de sus aportaciones más novedosas porque sorteó de este modo las habituales críticas a las clasificaciones de las escuelas francesa e italiana de que habían creado compartimentos estancos donde resultaba difícil encuadrar en puridad a cualquier persona.
A continuación, el psiquiatra alemán realizó una segunda clasificación apoyándose en el aspecto biológico y reduciendo aspectos psicológicos [3]: de modo que pudo afirmar que los individuos de tipo esquizotímico eran de constitución leptosomática; los ciclotímicos, pícnicos; y los viscosos, atléticos; es decir, enfoca el constitucionalismo solamente desde el punto de vista de las correlaciones entre hábito corpóreo y carácter psíquico [4].
En cuanto a la relación entre los biotipos y la criminalidad, Kretschmer concluyó que: los pícnicos representan el menor número dentro de la totalidad de la criminalidad, siendo además los de menor reincidencia y mayor adaptabilidad. Son pasionales u ocasionales, raramente habituales. Los leptosomáticos, para Kretschmer siguen a los atléticos en criminalidad, pero su participación criminal es menor que la de los atléticos. Son difíciles al tratamiento y fáciles a la reincidencia. Abundan entre ellos ladrones y estafadores. Los atléticos serían para Kretschmer los tipos con mayor inclinación criminal, principalmente de carácter violento. Son sujetos explosivos y en ocasiones cínicos [3].
El planteamiento moderado del Dr. Kretschmer nunca tuvo pretensiones etiológicas; es decir, se limitó a vincular el carácter y los rasgos temperamentales de sus pacientes que padecían un trastorno mental con determinadas constituciones somáticas pero nunca pretendió explicar las causas de esa afinidad. Simplemente, mostró los datos que había obtenido de forma estadística en su trabajo. Y, como sucedió en las otras dos escuelas, francesa e italiana, sus estudios tampoco contaron con un grupo de control para comparar los resultados con los obtenidos en su grupo experimental, de modo que las conclusiones no se podrían extrapolar al resto de la sociedad.
Además del Dr. Kretschmer, en la Escuela Alemana destacaron otros autores que o bien ejercían la Psiquiatría o desempeñaban la Medicina en establecimientos penitenciarios [5]; entre otros, podemos mencionar a los doctores Martin Riedl (1863-1960), Theodor Viernstein (1878-1949), Friedrich von Rohden (1886-1960), Rudolf Michel (1892-1945) y Kurt Böhmer (1895-1959).
En sus estudios de campo, llevados a cabo en prisiones de Baviera y Austria, llegaron a la conclusión, según la profesora Marina Giampietro, de que: (…) un porcentaje significativo de delincuentes, respectivamente 59% y 80%, parecen pertenecer a la tipología temperamental esquizotímica, ligada a una constitución leptosómica; encontrando que entre los delincuentes comunes, estafadores y hurtadores habituales, predominaba el temperamento esquizotímico. El sujeto pícnico parecía ser el biotipo menos frecuente entre los delincuentes, refiriéndose a un tipo temperamental más sociable y menos inquieto. Los individuos de constitución leptosomática ligados a un temperamento esquizotímico, caracterizados por el egoísmo, la susceptibilidad, la enemistad hacia los demás hombres, estaban por lo tanto más inclinados a la acción delictiva [6].
NB: véase también la entrada sobre William H. Sheldon y la escuela americana.
Citas: [1] ZAFFARONI, E. R. La cuestión criminal. Buenos Aires: Planeta, 2012, p 116. [2] QUINTANILLA MADERO; B. Personalidad madura: temperamento y carácter. Ciudad de México: Publicaciones Cruz O., 2003, p. 18. [3] RODRÍGUEZ MANZANERA, L. Criminología. Ciudad de México: Porrúa, 2ª ed., 1981, pp. 289 y 290. [4] VILLANUEVA SAGRADO, Mª. Manual de técnicas somatotipológicas. Ciudad de México: UNAM, 1991, p. 17. [5] WETZELL, R. F. Inventing the Criminal: A History of German Criminology, 1880-1945. Chapel Hill: University of North Carolina Press, 2000, p. 144. [6] GIAMPIETRO, M. Agostino Gemelli Psicólogo. Gli studi sulla personalità. Milán: EDUCatt, 2020, p. 62.