Según el historiador estadounidense Lloyd Gardner: (…) Dos semanas después de que Estados Unidos entrara en la Gran Guerra en abril de 1917, [el intelectual y periodista] Walter Lippmann escribió en “The New Republic”: Ahora vivimos y viviremos toda nuestra vida en un mundo radical. Lo que significa, entre otras cosas, un mundo en intranquila experimentación. Toda esa actividad podría llevarnos al caos a no ser que nuestras mentes estuvieran disciplinadas por alguna gran idea central. La guerra ha borrado todas las fronteras, incluidas las que separaban los asuntos internos de la política exterior [1]. Unos meses más tarde, en septiembre de 1917 –es decir, más de un año antes de que se firmara el «Armisticio de Compiègne», el 11 de noviembre de 1918, donde las delegaciones del Imperio Alemán y los Aliados pusieran fin a la I Guerra Mundial, con la derrota del ejército del káiser Guillermo II– el presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson autorizó al coronel Edward M. House a organizar «The Commission of Inquiry» [la Comisión de Investigación] con el fin de recopilar datos y preparar informes para su uso en la eventual conferencia de paz (…) [en referencia a la Conferencia de Paz de París que se celebraría en 1919 y donde se firmó el Tratado de Versalles]. «The Inquiry», como pasó a llamarse, se estableció originalmente como una agencia secreta dentro del poder ejecutivo, pero su existencia fue divulgada por la prensa antes de que finalizara ese mes [2]; es decir, se trató de una iniciativa presidencial que se financió a cargo de un fondo especial para contingencias de la Casa Blanca destinado a la seguridad y la defensa nacional.
En opinión del experto Peter Grose: Fue un grupo de trabajo de distinguidos académicos, encargados de informar a Woodrow Wilson sobre las opciones para el mundo de la posguerra una vez que el káiser y la Alemania imperial cayeran derrotados. Durante el invierno de 1917-18, este grupo de profesores se reunió discretamente en un escondite entre la calle 155 y Broadway en la ciudad de Nueva York, con el objetivo de recopilar los datos que consideraban necesarios para hacer del mundo un lugar seguro para la democracia [3].
El diplomático Edward M. House (1858-1938) quiso involucrarse personalmente en la selección del personal que iba a trabajar para La Investigación pero, al ser consejero del presidente Wilson, ya tenía suficientes responsabilidades como para encargarse él mismo de aquella tarea por lo que eligió a su concuñado, el profesor de Filosofía Sidney Edward Mezes (1863-1931) aunque, a partir de 1918, aquel puesto resultó ser meramente nominal porque, en realidad, quien dirigía la comisión era el explorador Isaiah Bowman (1878-1950). El resto de principales cargos, según el historiador Thomas F. O´Connor [2], incluía al abogado David Hunter Miller (1875–1961) que redactó el Pacto de la Sociedad de Naciones; y al mencionado Walter Lippmann. La sede principal de «The Inquiry» se estableció en Nueva York aunque, con el tiempo, se fueron creando distintas divisiones de investigadores expertos por áreas temáticas en Harvard, Columbia, Yale, Princeton y Washington.
De este modo, el Gobierno de Estados Unidos contó con el trabajo de prestigiosos profesores de los mejores centros del país, la flor y nata de los académicos más jóvenes e imaginativos [3], para elaborar los informes y mapas que estimularon al presidente Wilson a la hora de trazar las líneas maestras de la paz que Estados Unidos diseñó para el resto del mundo cuando finalizó la Gran Guerra en 1918, momento en que la comisión ya había alcanzado una notable influencia en la política estadounidense sobre asuntos exteriores.
A partir de 1921, su función como “think tank” –que diríamos hoy en día– pasó a desarrollarse en el marco de una nueva “incubadora de ideas”: el Council on Foreign Relations… pero esa ya es otra historia.
Citas: [1] GARDNER, L. “The Geopolitics of Revolution”. En: Diplomatic History, 2014, vol. 38, nº 4, p. 737. [2] O´CONNOR, T. F. “Library Service to the American Commission to Negotiate Peace and to the Preparatory Inquiry, 1917-1919”. En: Libraries & Culture, 1989, vol. 24, nº. 2, p. 144. [3] GROSE, P. Continuing the Inquiry. The Council on Foreign Relations from 1921 to 1996. Nueva York: CFR, 2006, p. 1.
Pinacografía: Frank Graham Cootes | Retrato oficial del presidente Wilson (1913).
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