Cuando los trabajadores de una empresa se declaran en huelga y algunos de sus compañeros deciden no secundarla, reciben el despectivo nombre de esquiroles; término que también se emplea para designar a las personas que la patronal contrata ex profeso para cubrir aquellos puestos laborales durante el tiempo que dure el conflicto, con el fin de evitar que se detenga la producción de la fábrica. Según la tradición popular, a los habitantes del pueblo L´Esquirol-Santa María de Corcó (comarca de Osona, Barcelona) se les llamaba esquiroles porque en una famosa posada del pueblo, situada en el camino de Vic a Olot, tenían en el vestíbulo una ardilla (esquirol, en catalán) de mascota. Cuando a mediados del XIX, empezaron a convocarse las primeras huelgas en las empresas textiles catalanas, los habitantes de aquel pueblo –los esquiroles– se ofrecieron a cubrir los puestos que dejaban vacantes los huelguistas del cercano Manlleu, la capital del Ter. Desde entonces, su gentilicio empezó a utilizarse, despectivamente, para designar a los trabajadores rompehuelgas.
En inglés, para designar a los esquiroles se emplean diversos términos: scab, strikebreaker, fink o blackleg. Esta última denominación -literalmente, "pierna negra"- tuvo un origen curioso. Durante las huelgas que se convocaron en las minas inglesas, en el siglo XIX, los mineros llamaban así a los compañeros que no habían secundado los paros y, por lo tanto, salían sucios de trabajar en los pozos con las perneras manchadas por el polvo del carbón.
En inglés, para designar a los esquiroles se emplean diversos términos: scab, strikebreaker, fink o blackleg. Esta última denominación -literalmente, "pierna negra"- tuvo un origen curioso. Durante las huelgas que se convocaron en las minas inglesas, en el siglo XIX, los mineros llamaban así a los compañeros que no habían secundado los paros y, por lo tanto, salían sucios de trabajar en los pozos con las perneras manchadas por el polvo del carbón.
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