Los Tribunales Militares Internacionales de Núremberg y Tokio se crearon en 1945 y 1946, respectivamente –como recuerda la exposición de motivos del Estatuto de la Corte Penal Internacional [Ley Orgánica 6/2000, de 4 de octubre]– para juzgar a los principales responsables alemanes y japoneses acusados de la comisión de «crímenes contra la paz, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad»; de acuerdo con los Estatutos firmados en Londres, el 8 de agosto de 1945 -como recuerda el filósofo italiano Danilo Zolo: el acuerdo fue sellado (...) exactamente dos días después del bombardeo atómico de Hiroshima y dos días antes del bombardeo atómico de Nagasaki [1]- para el juicio y castigo de los principales criminales de guerra del Eje europeo, y en Tokio, el 19 de enero de 1946, para enjuiciar a los principales criminales de guerra en el Lejano Oriente [A/RES/95 (I), de 11 de diciembre de 1946]. En el primer caso, los aliados eligieron el Palacio de Justicia de la misma ciudad bávara, cuna del derrotado nazismo [2], en la que este movimiento político y social del Tercer Reich alemán, de carácter totalitario, pangermanista y racista (RAE), había celebrado sus concentraciones anuales, desde 1927, y donde se promulgaron las leyes raciales que privaron a los judíos de sus derechos civiles, el 15 de septiembre de 1935.
Los denominados Juicios de Núremberg [Nuremberg Trial o Nürnberger Prozess] se desarrollaron entre el 20 de noviembre de 1945 y el 1 de octubre de 1946 por un tribunal integrado por representantes de Francia, Gran Bretaña, la Unión Soviética y Estados Unidos que procesó a los miembros del Tercer Reich capturados por los Aliados (como Goering, Keitel, Rosenberg, Streicher, Kaltenbrunner, Seyss-Inquart, Speer, Ribbentrop y Hess) –(…) ausente el acusado número uno, sólo fueron juzgados y condenados sus comparsas, sus ayudantes más directos [2]– en referencia a que sus líderes más importantes (Hitler, Himmler o Goebbels) no pudieron sentarse en el banquillo de los acusados porque ya se habían suicidado.
Uno de los aspectos menos divulgados de aquel proceso fue el uso de los test de las manchas de tinta [Inkblot] o test de Rorschach (las famosas diez láminas creadas por el psiquiatra suizo Hermann Rorschach, en 1917, como método de exploración psicológica para diferenciar entre neuróticos y psicóticos).
El 11 de junio de 1945, diversas asociaciones médicas de EE.UU. enviaron una carta a su fiscal jefe en Núremberg, Robert H. Jackson, para que les permitiera realizar un estudio psicológico de los reos; pidiéndole, asimismo, que si se les llegaba a condenar a muerte, se les disparara en el pecho y no en la cabeza para poder analizar sus cerebros. Aquella petición no prosperó –de hecho, la ejecución de los doce condenados que fueron encontrados culpables se realizó por ahorcamiento, el 16 de octubre de 1946– pero sí que se aceptó que el psiquiatra castrense Douglas Kelley y su “ayudante” –en realidad, un miembro de la contrainteligencia– el capitán y psicólogo Gustave Gilbert, dictaminaran el estado de la salud mental de 22 de los 24 encausados empleando, entre otros métodos, el psicodiagnóstico de las manchas. Con los datos que obtuvo, el Dr. Kelley publicó un libro en 1947 bajo el elocuente título de 22 Cells in Nuremberg y el Dr. Gilbert, The Psychology of Dictatorship, tres años después. Ambos profesionales mantuvieron una pésima relación durante sus trabajos de investigación [3].
Lámina II del test de Rorschach |
Entre las respuestas que le dieron a Kelley los líderes nazis puede reseñarse que al ver la segunda lámina, Goering pensó en dos derviches bailando mientras que para Rudolf Hess aquellas mismas manchas representaban pedazos de insectos y puntos de sangre.
Como curiosidad, al igual que sucedió con Hermann Goering –que se suicidó ingiriendo una cápsula de cianuro de potasio la noche previa a que fuera ahorcado– el teniente coronel Douglas Kelley también acabó con su vida de la misma manera en el Año Nuevo de 1958, delante de su familia.
Citas: [1] ZOLO, D. La justicia de los vencedores. De Nuremberg a Bagdad. Madrid: Trotta, 2006, p. 45. [2] MICHAL, B. "Introducción". En AA.VV. El proceso de Nuremberg. Barcelona: Círculo de Amigos de la Historia, 1973, p. 13. [3] SEARLS, D. The Inkblots. Nueva York: Penguin, 2017, p. 230.
Palacio de Justicia de Núremberg (Baviera | Alemania) |
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